Este es el episodio 2 llamado Geografía de la península ibérica, y en este episodio aprenderás:
¿Por qué es importante la geografía?
La geografía es a veces la gran olvidada cuando estudiamos historia, a pesar de ser un factor determinante para la cultura, demografía, desarrollo económico y otros aspectos clave de una sociedad. ¿Por qué siempre ha sido tan difícil conquistar Afganistán? ¿Por qué Bangladesh está tan densamente poblado? ¿Por qué las antiguas civilizaciones nacieron a lo largo de los ríos? ¿Por qué Gran Bretaña siempre ha desarrollado más su armada que su ejército? Todas estas preguntas se explican en gran medida por la geografía. En la literatura científica existe desde hace décadas polémica sobre cómo la geografía condiciona el desarrollo económico, Jared Diamond en su libro seminal Armas, gérmenes y acerco argumentó que Eurasia debía su mayor desarrollo económico y tecnológico principalmente a la geografía, y no a factores como una superioridad genética o cultural.
En cambio, las teorías de base institucional como las de Acemoglu y Robinson en ¿Por qué fracasan las naciones? afirman que las instituciones, entendiéndose como las reglas políticas, legales, económicas y sociales que rigen las sociedades, son el factor determinante en el nivel de desarrollo actual de los países. Sea cual sea la importancia que le demos a la geografía, donde no hay debate es en que esta es un factor condicionante en la historia de los países. Unas temperaturas extremas, desastres naturales frecuentes, o un relieve muy montañoso hacen más difícil el desarrollo económico, la falta de acceso al mar o a ríos navegables desincentivan el poblamiento de tales zonas por complicar el comercio y las comunicaciones, o una abundancia de recursos naturales puede incentivar a que exista una élite extractiva que mantenga la población empobrecida. Sabiendo eso, ¿cómo ha influido la geografía de la península ibérica en la historia de España? A lo largo de este episodio vamos a verlo.
Características básicas de la península ibérica
La península ibérica tiene un área de unos 583.000 km2 si excluimos los territorios pirenaicos franceses, y se trata de la segunda península más grande de Europa después de la escandinava. Está situada al suroeste de Europa, y la ocupan España, Portugal, Andorra, y la colonia británica de Gibraltar, sumando unos 58 millones de habitantes en 2023. La península ibérica tiene una forma maciza, es decir, tiene una forma ancha, unas costas con formas bastante rectas, y además suele haber sistemas montañosos en la costa que crean un clima continentalizado no demasiado lejos de la costa. Básicamente, la Península se divide entre la periferia y la gran Meseta Central, que está rodeada y protegida por varios sistemas montañosos, y en buena medida la lucha entre la fuerza integradora y centralista de la Meseta y la tendencia disgregadora de la periferia ha definido la historia de España hasta nuestros días.
Por otro lado, ya sabrás que España o Portugal son países con salida al mar, y de hecho la mayoría de sus fronteras son agua. Este amplio acceso al mar Mediterráneo y al océano Atlántico es ideal para el comercio de ultramar y los intercambios culturales y tecnológicos, sin ir más lejos, el hecho de ser la región más occidental de Europa ayudó mucho en que el descubrimiento de América fuera una hazaña española. Mirando al sur, el estrecho de Gibraltar es vital desde un punto de vista estratégico, y ayuda a conectar Europa con África y a controlar el tráfico naval que une el océano Atlántico y el mar Mediterráneo, por eso el control de Gibraltar y Ceuta siempre han sido tan codiciados.
Relieve de la península ibérica
Una característica muy evidente de la península ibérica es su elevación, o sea, lo montañosa que es en comparación con otros países europeos como Países Bajos o Alemania. España es uno de los países más montañosos de Europa, con una elevación media de 660 metros sobre el nivel del mar, sólo superada por Suiza, Austria y los microestados de Liechtenstein y Andorra. Quizás más significativo aún es que el 75% de la península ibérica tiene una elevación superior a los 500 metros, es decir, que no es que la media quede en 660 metros porque tenemos un sistema montañoso muy elevado y lo demás sean llanuras, sino que hay sistemas montañosos y además una llanura elevada como es la Meseta Central.
Entrando en materia, la unidad de relieve más importante de la península ibérica es la Meseta Central, y es que la Meseta ocupa prácticamente la mitad de todo el territorio peninsular. La Meseta es una vasta llanura elevada por el choque de las placas tectónicas, y está rodeada casi por todos lados: al norte, la cordillera Cantábrica; al este, el sistema Ibérico; al sur, Sierra Morena; y al noroeste el macizo Galaico-Leonés. Es más, la Meseta no solo está rodeada por montañas, sino que encima una cordillera la parte en dos. Esta cordillera es el sistema Central, que se extiende desde Portugal hasta el sistema Ibérico de Aragón. Como hay tantos sistemas montañosos bloqueando los vientos, el clima de la Meseta Central es un clima mediterráneo continentalizado.
Eso significa que hay un contraste significativo de las temperaturas entre el día y la noche, los veranos son cálidos, y los inviernos son largos y fríos, aunque esto último con el cambio climático cada vez menos. Además, las lluvias no son muy frecuentes, por lo que el clima es aún más seco que el clima mediterráneo y el terreno es árido. ¿Qué implica todo esto? Para empezar, que la agricultura es bastante complicada y el agua es escasa, por lo que la gran cantidad de sistemas montañosos y la Meseta son una limitación para el desarrollo económico y para sustentar una gran población. La falta de terrenos fértiles ha sido uno de los grandes hándicaps históricos de España y esto explica por qué siempre hemos tenido una población y densidad de población menores que otros grandes países europeos.
Además, las montañas complican las comunicaciones, como la construcción de carreteras y ferrocarriles, así como el comercio y las migraciones dentro de la Península, lo que explica en parte por qué se desarrollaron identidades regionales diferenciadas en la península ibérica. Dejando la Meseta y yéndonos a la periferia, en el noreste tenemos los Pirineos que forman una frontera natural con Francia. Los Pirineos han dificultado el comercio y otros tipos de intercambios, pero al mismo tiempo han dificultado algunos ataques de fuerzas extranjeras. Todo es cuestión de pros y contras, España tiene una ventaja defensiva, una ubicación estratégica privilegiada para controlar el acceso al Mediterráneo y al Atlántico, y unos paisajes diversos, pero al mismo tiempo la orografía hace que el comercio, las comunicaciones y la homogeneidad cultural sean más difíciles, si se quiere ver esto último como algo malo claro.
Pasando al norte, tenemos la cordillera Cantábrica junto a los montes vascos y el macizo Galaico-Leonés haciendo frontera con el mar Cantábrico. La cordillera Cantábrica hizo que durante la época visigoda los que habitaban el lado litoral de las montañas pudieran vivir de una manera muy autónoma, mientras que en época musulmana su complicada orografía permitió el surgimiento de reductos cristianos independientes. Y ahora, siguiendo la costa desde Cataluña, tenemos las cordilleras Costeras Catalanas y el sistema Ibérico que divide Castilla y Aragón, y en medio de estos dos tenemos la depresión del Ebro. Después tenemos la cordillera Bética, que va desde el estrecho de Gibraltar hasta la provincia de Alicante, y luego sigue debajo del agua y llega hasta Mallorca. Cabe reseñar también que en la cordillera Bética encontramos la montaña más alta de la península ibérica, el Mulhacén, con una altitud de 3.478 metros, aunque el honor del punto más elevado de España lo tiene el volcán del Teide, en la isla canaria de Tenerife. Finalmente, Sierra Morena hace de frontera natural entre Castilla y Andalucía, y luego está la depresión del Guadalquivir entre la cordillera Bética y Sierra Morena.
Ríos e hidrografía de España
En general, los ríos de la península ibérica son poco caudalosos y de régimen irregular, debido a la falta de lluvias. Sí, sí, ya sé que en el norte de España sí que llueve con frecuencia, pero hablo de toda España. En cualquiera caso, la hidrografía de España hace que sea complicado aprovechar bien los ríos, ya que su falta de caudal e irregularidad hace que apenas haya ríos navegables por donde transportar personas o hacer comercio fluvial, como se hace en China, Alemania o Países Bajos. La escasez de lluvias, la sobreexplotación de los acuíferos, y la desertificación son una amenaza muy seria en muchas regiones de España, y el cambio climático solo puede agravar el problema. Eso sí, en la península ibérica por suerte apenas hay desastres naturales como terremotos, huracanes, o tsunamis.
Volviendo a los ríos, como la Meseta Central está ligeramente inclinada hacia el oeste, ríos importantes como el Duero, Tajo, Guadiana o Miño desembocan en el Atlántico. Este punto me lleva a la división de los ríos en tres grandes vertientes: la vertiente cantábrica, atlántica y mediterránea. Los ríos de la vertiente cantábrica son ríos caudalosos por las abundantes lluvias del norte, pero también son cortos porque las montañas de donde nacen están muy próximas al mar, de manera que el relieve condiciona la hidrografía peninsular. La vertiente atlántica es la que tiene más ríos de importancia, y destacan sobre todo tres: el Duero en la Submeseta Norte, el Tajo en la Submeseta Sur y el Guadalquivir en la depresión entre Sierra Morena y la cordillera Bética. El Duero por ejemplo fue importantísimo como frontera natural entre los reinos cristianos y al-Ándalus en el siglo X.
Por su parte, el valle del Guadalquivir es una de las regiones más fértiles de la península, así que siempre ha sido sinónimo de riqueza para España, y además es el único con un tramo navegable, entre Sevilla y su desembocadura. Gracias a eso Sevilla pudo tener la Casa de Contratación de las Indias y actuar como monopolio comercial entre España y América. Los ríos de la vertiente mediterránea son los de caudal más irregular, tenemos el Júcar, el Segura, o el Turia en la Comunidad Valenciana, o el Ter y Llobregat en Cataluña. Obviamente, el río más importante es el Ebro, que además es el río más largo y caudaloso de España, ya que nace en Cantabria, pasa por Aragón, y desemboca en la provincia de Tarragona. Como el Guadalquivir, el Ebro ha tenido siempre una gran importancia económica y es una de las tierras más fértiles para la agricultura. Los musulmanes por ejemplo dejaron de lado la colonización de una tierra pobre como lo era Asturias o Cantabria y en cambio hubo muchos asentamientos andalusíes, incluyendo árabes y bereberes, en el Ebro, y ese es uno de los motivos por los que los condados catalanes tardaron tanto en cruzar el Ebro.
Recursos energéticos y diversidad
La falta de recursos minerales y energéticos es un rasgo prominente de la geografía de la península ibérica. En la época de la Hispania romana, la península ibérica sí que era conocida por su riqueza mineral y era la principal fuente de plata y cobre para el Imperio, y sólo estaba detrás de la actual Rumanía en la extracción de oro. Pero después de eso la extracción de recursos minerales no ha sido muy rentable, más si se compara con partes del África subsahariana o América. Las minas de Asturias extraían carbón para proveer de energía a las fábricas, pero el problema era que, comparado con Gran Bretaña, el carbón asturiano era difícil de extraer y de menor calidad, así que la falta de fuentes de energía baratas fue uno de los motivos de la tardía industrialización de España.
Entonces el petróleo y gas natural se hicieron indispensables y España carece de estos recursos también, por lo que el país tiene que importar más energía. Hoy en día las minas están bastante agotadas y la industria minera apenas es rentable, así que todas las esperanzas para reducir nuestra dependencia energética exterior están puestas en las energías renovables y especialmente en la energía solar, ya que en España de sol vamos sobrados. La energía hidroeléctrica produce una cantidad considerable de electricidad, pero hay poco margen para que crezca más, y no se ha construido ninguna nueva planta nuclear desde los años 80 debido principalmente a la desinformada oposición popular a la energía nuclear, en especial desde la izquierda.
No quiero terminar de hablar de la geografía peninsular sin hablar de la diversidad natural de España. España tiene paisajes, fauna y flora muy diversos debido a la orografía y a las influencias tanto del Mediterráneo y el Atlántico como de Europa y África. Hay desiertos, densos bosques, montañas nevadas y hermosas playas, y todo en un solo país. Tenemos por ejemplo la selva de Irati de Navarra, las Médulas de León, el parque de Doñana, las lagunas de Ruidera de Albacete, o el salto del Nervión entre Burgos y Álava. Es increíble la diversidad que hay en España y que en un corto recorrido ya puedas ir de la playa a la montaña, y eso está bien apreciarlo.
Avance y outro
La geografía política no la voy a describir en este episodio, pero si no eres de España o no estás familiarizado con la geografía española lo que te recomiendo es mirar un mapa de las comunidades autónomas como el que pongo en pantalla para los que consumen el episodio en vídeo. Dicho esto, recuerda que puedes apoyar este programa en patreon.com/lahistoriaespana, y si te gusta mi contenido suscríbete a La Historia de España – Memorias Hispánicas en YouTube o en sus dos podcasts. Puedes seguir conmigo viendo o escuchando el siguiente episodio sobre la larga Prehistoria de la península ibérica. ¡Gracias por escucharme y hasta pronto!
Fuentes
Acemoglu, Daron, y James A. Robinson. Why nations fail: The origins of power, prosperity, and poverty. Crown Business, 2012.
Atlas Nacional de España. http://atlasnacional.ign.es/wane/P%C3%A1gina_principal. Accedido el 20 de noviembre de 2023.
Cortizo Piñán, Hugo. Factores geográficos como condicionantes del desarrollo económico de los países, una revisión de la literatura. 2019. Universidad de Salamanca, trabajo de fin de máster.
Diamond, Jared. Guns, Germs, and Steel: The Fates of Human Societies. W. W. Norton, 1997.
Mayshar, Joram, Omer Moav, y Luigi Pascali. «The origin of the state: Land productivity or appropriability?» Journal of Political Economy 130.4 (2022): 1091-1144.
Scott, James C. Against the grain: A deep history of the earliest states. Yale University Press, 2017.
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