Este es el episodio 3 llamado Prehistoria de la península ibérica, y en este episodio aprenderás:
- Introducción a la prehistoria
- Paleolítico en la península ibérica: Atapuerca y la cueva de Altamira
- Mesolítico en la península ibérica
- Neolítico en la península ibérica
- Edad del Cobre y Los Millares
- Edad del Bronce y cultura argárica
- El Veredicto: El todavía misterioso origen de los humanos
- Avance y outro
- Fuentes
Introducción a la prehistoria
Curiosamente, la prehistoria es el período más desconocido de la humanidad a pesar de ser el más largo con diferencia, desde la aparición de los australopitecos hace más de cuatro millones de años hasta la creación de la escritura en Oriente Próximo hacia el 3300 a.C. Así que lo primero que tienes que saber de la prehistoria es que los nuevos hallazgos arqueológicos siempre desafían las teorías anteriores, y no me refiero solo a España sino en general cuando se estudian etapas tan desconocidas. Por lo tanto, coge con pinzas lo que diré en este episodio porque en el futuro pueden ser refutadas por nuevos hallazgos y quedar obsoletas. Por ejemplo, la tradicional teoría de la emigración africana, que dice que todos los Homo sapiens salieron de África, ha sido desafiada por las evidencias encontradas en lugares como China o Marruecos, y por eso existen otras hipótesis como la hipótesis multirregional que dice que los humanos descienden de distintos ancestros según la región.
La historia de la prehistoria siempre se reescribe precisamente porque no está escrita, ya que nos basamos en unos pocos esqueletos y herramientas para determinar la evolución cronológica y geográfica de la especie humana. Por eso cualquier nuevo descubrimiento hecho por arqueólogos, genetistas o antropólogos puede cambiar todo nuestro paradigma de los orígenes de los seres humanos. Actualmente la teoría más aceptada es una evolución de la teoría de la emigración africana, que defiende que hubo distintas olas de migraciones de Homo sapiens de África desde hace 120.000 años, mucho antes de lo que se pensaba, y esos Homo sapiens se mezclaron con los neandertales y los denisovanos según la región.
Paleolítico en la península ibérica: Atapuerca y la cueva de Altamira
El Paleolítico significa piedra antigua y es la etapa más larga de la historia de la humanidad. Va desde la aparición de los primeros homínidos hasta el 12.000 a.C. en la península ibérica, y como es lógico un período así tiene subdivisiones. El Paleolítico se divide en el Paleolítico inferior, caracterizado por la aparición y extinción de múltiples especies Homo, el dominio del fuego y el uso de herramientas de piedra. Hace unos 120.000 años empezó el Paleolítico medio, caracterizado por el dominio de los neandertales, los primeros entierros, y las herramientas de piedra siguen el estilo musteriense, con lo que las herramientas se especializaron más y aparecen piedras usadas como cuchillos, punzones o perforadores. Finalmente tenemos el Paleolítico superior, que empezó hace unos 40.000 años y se caracteriza por la sustitución de todas las especies Homo por el Homo sapiens. Con los humanos modernos aparecen las primeras manifestaciones artísticas, conceptos abstractos como creencias religiosas, y se perfeccionan aún más las técnicas para trabajar la piedra y los huesos. Es en este momento cuando aparecen arcos y flechas de piedra y hueso, anzuelos y arpones.
En el Paleolítico Europa se veía muy diferente a como se ve hoy en día. Elefantes, rinocerontes y leones vivían en Europa, y el norte y gran parte de Europa central estaba cubierta de nieve y hielo. Por eso los primeros humanos usaron las cuevas como refugio, porque en la intemperie había toda clase de peligros, y los humanos no construyeron casas mínimamente decentes hasta hace unos pocos de miles de años. Las especies Homo vivían como nómadas y cazadores-recolectores, es decir, no tenían un asentamiento fijo, vivían de los animales que cazaban o de la recolección de frutos silvestres, y además ya sabían controlar el fuego para preparar la comida o calentarse.

También eran carroñeros e incluso caníbales, y las especies anteriores al Homo sapiens ya usaban sus propios utensilios. Imaginemos por un momento un grupo de esos primeros humanos. Algunos cazaban, iban donde los animales iban a beber o a pastar, atacaban en grupo, y preparaban emboscadas. Otros tenían la tarea de transportar la presa, desollar la caza, cocinar o recoger frutas. Con lo cual, ya podemos ver estructuras sociales y especialización antes del descubrimiento de la agricultura, y no es cierta la imagen romántica de sociedades completamente igualitarias de las gentes prehistóricas.
Los restos más antiguos de una especie del género Homo en Europa fueron encontrados en el sitio arqueológico más famoso de España, Atapuerca. Los restos datan de hace 1’2 millones de años y aún no han sido identificados con una especie conocida, pero podrían pertenecer a una nueva. En cualquier caso, en el prolífico yacimiento prehistórico de Atapuerca los arqueólogos encontraron especies como el Homo antecessor, el Homo heidelbergensis, o los restos mucho más recientes de Homo neanderthalensis y Homo sapiens. La teoría más común de cómo llegaron estas gentes a la península ibérica solía ser que los primeros pobladores de España usaron el estrecho de Gibraltar para asentarse, pero hoy en día parece que la teoría de que vinieron del este desde Europa tiene más respaldos. Tampoco es inconcebible pensar que vinieran algunos de un lado y otros de otro. Hace unos 200.000 años los neandertales comenzaron a trasladarse a la Península, y no desaparecieron hasta hace 28.000 años según los restos encontrados en Gibraltar. Esto parece respaldar la hipótesis de que el Homo sapiens moderno convivió y quizás se mezcló con los neandertales en la península ibérica, ya que los sapiens entraron en la Península hace unos 40.000 años.
Junto con Francia, la península ibérica es una de las regiones más importantes del mundo en cuanto a pinturas rupestres del Paleolítico, y lo digo porque no puedo hacer este episodio sin mencionar la famosa cueva de Altamira. La cueva de Altamira fue descubierta en 1868 en la provincia de Cantabria, y es famosa por las muchas pinturas rupestres parietales del Paleolítico Superior, con algunas pinturas de hace 36.000 años. Estas pinturas rupestres ya las hicieron Homo sapiens, la especie humana actual, una especie con una capacidad de abstracción mucho mayor a la de los neandertales, lo que mejoró enormemente el razonamiento, la forma de pensar conceptual, o los sistemas lingüísticos.
Hace unos 13.000 años un desprendimiento de rocas selló la entrada de la cueva, lo que ayudó a preservar las pinturas en un estado excepcional. El arte policromático que se exhibe en la cueva es asombroso, y los visitantes pueden disfrutar de bellas pinturas de bisontes esteparios, caballos y ciervos. Si estás viendo el vídeo ya estarás viendo imágenes de la cueva, pero si escuchas el podcast te recomiendo que busques cueva de Altamira en Google o puedes visitar el artículo de este episodio en lahistoriaespaña.com. Es impresionante cómo los humanos hacían dibujos tan trabajados ya en el Paleolítico.

Mesolítico en la península ibérica
Alrededor del 12.000 a. C. se produjo la Oscilación de Allerød y eso cambió las condiciones climáticas, poniendo fin así a la última edad de hielo. A medida que el clima se calentaba, hubo cambios tecnológicos y los grandes animales como los mamuts se extinguieron, por lo que los animales cazados eran más pequeños y los humanos diversificaron mucho más su dieta para sobrevivir, por ejemplo intensificando la recolección de moluscos y la pesca. Esta sería la teoría ambientalista, que pone el foco en el clima como motor para la transición del Paleolítico al Neolítico, pero también hay otras teorías, como la teoría de la presión demográfica, siguiendo un poco la línea del pensamiento malthusiano, o la teoría sociocultural de Barbara Bender, que reivindica la solidaridad y reciprocidad en igualdad, siguiendo un poco la tradición comunista de Marx y Engels.

En este período de transición del Paleolítico al Neolítico llamado Mesolítico encontramos diferencias regionales en las herramientas de la península ibérica y aún más especialización que en el Paleolítico superior. Además, algunas bandas tribales ya empezaron a vivir de una forma semisedentaria, mudándose menos frecuentemente y dando más importancia al dominio del territorio. Quiero destacar de este período el arte rupestre que se puede encontrar en toda la cuenca mediterránea española, especialmente en Valencia y Aragón. Estamos hablando de un conjunto de más de 700 cuevas, la mayor colección encontrada en Europa y declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. El Homo sapiens de este período no sólo pintó animales, sino que también empezó a pintar humanos. Pintaban cómo usaban la miel para atraer a los animales y cazarlos, escenas de lucha y baile, e incluso se ve que ya usaban faldas y máscaras.
Neolítico en la península ibérica
Pasando al Neolítico alrededor del 5.600 a. C. en la Península, el Neolítico significó el uso generalizado de la agricultura y ganadería como fuente de alimentos, en vez de limitarse a la recolección y caza como habían hecho los humanos paleolíticos. Por primera vez los humanos trataron de transformar el entorno y darle forma a su gusto para satisfacer sus necesidades, y así es como los humanos fueron progresivamente abandonando su forma de vida nómada y las cavernas para pasar a ser sedentarios en poblados al aire libre. Me pregunto si no se arrepentirían al ver cómo ahora hay comedoritos que no salen de su casa.
Poniéndome serio, el paso de una sociedad cazadora y recolectora a una sociedad agraria y productora supone un cambio de mentalidad brutal, significa que los humanos se ponen por encima de todas las demás especies y que también empiezan a acumular y transmitir conocimiento. El Neolítico empezó alrededor del 8.500 a.C. en la Creciente Fértil de Oriente Próximo, y básicamente empezó ahí no por ser el lugar con el suelo más fértil, sino por ser una de las regiones con el mayor acceso a plantas y animales domesticables. Eurasia tenía más candidatos a domesticar que África, América o Oceanía, y este es uno de los motivos que explica las diferencias en el desarrollo económico histórico de estas regiones.
Sobre el cómo llegó la agricultura y ganadería a la península ibérica, pues tradicionalmente había dos posturas claramente diferenciadas en la historiografía, un modelo de difusión a través de colonos de otras partes del Mediterráneo y otro modelo que defendía el origen autóctono. Sin embargo, actualmente hay más bien una explicación mixta, un modelo de aculturación que viene a decir que el Neolítico llegó en parte por colonos y en parte por los contactos de los nativos nómadas con extranjeros mediterráneos.

Más tarde, después de descubrir la agricultura y ganadería, los humanos de la Península comenzaron a construir tumbas con dólmenes y a fabricar cerámica alrededor del 4.800 a. C. La invención de la alfarería es muy importante, ya que permitió a los humanos almacenar alimentos y planificar su futuro. Todas estas invenciones estaban ocurriendo en todo el mundo, unas veces de forma relacionada y en otras de forma independiente. Las sociedades se estaban haciendo más grandes y complejas, así que se requería de una mayor estratificación social y de entidades políticas más complejas que las tribus, las sociedades de jefaturas o incluso las ciudades-estado.
El patrón que vemos en el Neolítico es que Cataluña, Valencia y Andalucía fueron siempre los primeros de la Península en conseguir las últimas tecnologías. En cambio, el centro peninsular adoptó estas tecnologías más tarde y el norte mucho más tarde. Precisamente como la transición al Neolítico fue tan gradual y heterogénea a nivel geográfico, hoy en día la comunidad científica no habla de una revolución neolítica sino de la neolitización. Aunque el proceso de neolitización comenzó en el 5.600 a. C. en la Península, el Neolítico no llegó a Asturias, Cantabria o Vasconia hasta el 4.000 a. C. y la neolitización no se completó en la península ibérica hasta alrededor del 3.000 o 2.800 a.C. Eso es un período muy largo y más desde una perspectiva contemporánea, y creo que las fechas importan aquí para tener una idea de cuán limitada era la difusión tecnológica y cultural en esa época y cuán aisladas estaban las comunidades humanas.
Lentamente la agricultura se estableció en algunos sitios como la principal actividad económica, y ésta se centraba en el cultivo de trigo y cebada, aunque también se sembraban legumbres. Y la pregunta es, ¿por qué la agricultura triunfó sobre la caza y la recolección? Pues porque la agricultura tiene dos ventajas principales: se pueden alimentar a muchas más personas, y ser un agricultor sedentario es una opción más segura, ya que los cereales se pueden almacenar y es más arriesgado desplazarse en busca de alimentos. También tiene algunas desventajas, sobre todo que la dieta es menos equilibrada y energética, pero los pros parecen haber superado los contras.
Ahora hablando de ganado, los animales domésticos habituales para consumir eran las vacas, ovejas, cabras y cerdos. La mayoría de los restos de ganado que se encuentran en la península ibérica pertenecen a ovejas y cabras, estoy hablando del 50 o 60% del ganado, y eso es muy interesante porque significa que muchas personas del Neolítico eran pastores, un paso intermedio entre el estilo de vida nómada y el sedentario. No te debes imaginar el Neolítico como un proceso de cambio radical de las formas de vida, sino como un proceso muy lento de transición, y por ello durante muchas generaciones e incluso hasta la llegada de los romanos había gentes que mantuvieron un estilo de vida más recolector y cazador que agricultor y ganadero.
De esta época tenemos muy bien conservados collares, pulseras, anillos, peines, cucharas e incluso alpargatas de esparto. El Neolítico también trajo un cambio en las creencias religiosas, ya que los humanos empezaron a representar a los dioses y a hacer todo tipo de rituales para dar a luz, tener una buena cosecha, o una buena campaña militar, entre otros. Los hombres neolíticos pintaron de forma esquemática, en cuevas pero más frecuentemente en objetos portátiles como unos amuletos que les daban suerte y protección, y en cuanto al entierro de los muertos, lo hacían colectivamente y en estructuras artificiales. Por otro lado, aunque no estén geográficamente en la península ibérica, cabe mencionar que las Islas Baleares comenzaron a ser habitadas entre los milenios V y IV a. C., mientras que los primeros pobladores de las Islas Canarias se trasladaron allí a principios del Neolítico o incluso antes, a través de Marruecos.
Edad del Cobre y Los Millares
El Calcolítico o Edad del Cobre sigue al Neolítico. Este período comenzó alrededor del III milenio antes de Cristo en la península ibérica, y en esta etapa los humanos comenzaron a desarrollar esta fascinación por las cosas brillantes y comenzaron a extraer y trabajar metales como el cobre, la plata o el oro en detrimento de la piedra, que era más difícil de trabajar. Los productos metálicos se hicieron populares, especialmente en el sur, y hay pruebas de que ya se estaba produciendo comercio a larga distancia. Además, en el IV milenio antes de Cristo se inventó la escritura en Mesopotamia, pero la península ibérica siguió en la prehistoria durante muchos siglos.
La cultura del vaso campaniforme, una cultura arqueológica de Europa, se extendió en muchos lugares de la península ibérica, donde los arqueólogos han encontrado numerosas vasijas con forma de campana que se utilizaron por múltiples razones, entre ellas para tener un recipiente para almacenar bebidas alcohólicas. Nunca infravaloréis la importancia del alcohol en el progreso humano. La Edad del Cobre también supuso la mayor expansión de los megalitos para enterrar a los muertos con fines prácticos y religiosos, y de nuevo, hay diferencias regionales, ya que el megalitismo era común en la parte Atlántica pero no tanto en la Mediterránea. También es interesante la aparición de construcciones más poligonales en el Mediterráneo, incluyendo los curiosos talayots de las Baleares.
Encontramos ya poblaciones relativamente grandes protegidas por murallas como Zambujal en Portugal o Los Millares en Andalucía, que tenía una población estimada de 1.000 o 1.500 habitantes. Los Millares dependía principalmente de la agricultura, minería e industrias metalúrgicas para ser una ciudad poderosa de Almería y ejercer influencia en su área cercana. En Los Millares había una clara división del trabajo del proceso de elaboración de metales, lo que indica un considerable grado de especialización y de estratificación social.

Las 70 tumbas construidas en forma de colmena, y las 4 líneas de fortificaciones sugieren que Los Millares estaba a menudo en guerra, ya que es probable que otros poblados envidiaran el poder de esta población. Una pregunta muy interesante es por qué este poblado se desarrolló tanto en Almería, una región muy árida de España donde es difícil cultivar algo con técnicas agrícolas primitivas. El arqueólogo Clay Mathers piensa que las limitaciones agrícolas y la inversión para construir sistemas de irrigación hicieron que los colonos buscaran una clase guerrera y administrativa que protegiera sus tierras. Hay otras teorías, pero por desgracia ninguna puede contrastarse con la evidencia empírica que tenemos.
Bien, paremos un momento y hablemos de estudios genéticos, porque fue durante este período entre la Edad del Cobre y la del Bronce cuando la genética ibérica cambió sustancialmente. Durante el tercer milenio a. C., la península ibérica recibió inmigrantes tanto del norte como del sur. Aparentemente, el 40% de los varones ibéricos descienden de un ancestro común que vivió hace 4.500 años, y más o menos en la misma época hubo un reemplazo de los varones nativos de la Península, según los hallazgos de un estudio de la Universidad de Harvard publicado hace algo más de un año. Ya hay arqueólogos e historiadores que cuestionan el estudio, así que la información de la que voy a hablar ahora podría ser errónea, pero vamos a ello.
Según el estudio, el pueblo caucásico conocido como Yamna habría sustituido gradualmente a muchas personas del continente, especialmente a los hombres. El haplogrupo R1b domina claramente la genética española, y este cromosoma Y se extendió en España con la migración de los Yamna. Como dije al principio de este episodio, la prehistoria sigue siendo el período más misterioso y confuso de la historia humana, y continuamente obtenemos nuevos hallazgos arqueológicos o genéticos que desafían las teorías que tenemos hoy en día, así que tomadlo todo con pinzas.
Edad del Bronce y cultura argárica
Siguiendo con las etapas de la prehistoria, alrededor del 1800 a. C. la Edad de Bronce se extendió por la península ibérica. Como puedes imaginar, este período se caracterizó por la difusión del secreto para producir el bronce, un material más duro y duradero en comparación con otros metales disponibles en aquella época. Lo más notable es que la cultura de Los Millares desapareció pero fue reemplazada por la cultura argárica en la misma región de Almería y Murcia.

La cultura argárica se caracterizó por el crecimiento demográfico de los pueblos, una creciente estratificación, entierros individuales bajo las casas, y pueblos construidos en zonas de difícil acceso para ser fáciles de defender, cerca de fuentes de agua potable o cerca de minas. Se discute si hubo un estado dominado por un solo rey o si los argáricos tenían numerosas ciudades-estado independientes con una cultura común, pero ahí no voy a entrar, lo que sí parece claro es que al igual que Los Millares la sociedad argárica tenía un fuerte carácter guerrero. La existencia de grandes almacenes de cereales indica que había cierto grado de centralización, y las pruebas arqueológicas sugieren que había una especialización de la producción en cada zona geográfica.
Esto significa que los pueblos argáricos comerciaban entre sí y presupone la existencia de instituciones sociopolíticas. La región argárica del sudeste de España fue el centro económico de la península ibérica, produciendo armas como cuchillos, espadas, flechas y hachas, así como vidrio, cerámica y textiles. Podemos verlo con el tesoro de Villena, que es una increíble colección de oro y otros metales de la Edad de Bronce europea, con cuencos, botellas y brazaletes hechos de oro y trabajados en detalle. Desde el sureste peninsular la técnica de producción de bronce se extendió lentamente por la Península, pero de nuevo hablamos de un proceso heterogéneo de centenares de años.
Después del 1.300 a. C. ocurrieron muchos cambios que abrieron el período del Bronce Tardío. La antigua cultura argárica se desintegró, el grado de especialización cayó, la caza aumentó, pero al mismo tiempo la producción agrícola y ganadera superó de una vez por todas a las actividades pastorales. El patrón de asentamientos cambió, ya que hubo una tendencia a ocupar mesetas y zonas bajas y mejor comunicadas, lo que ayudó a desarrollar la economía pero los hizo más vulnerables en caso de ataque militar.
El final de la Edad del Bronce es considerablemente importante para la península ibérica, porque desaparecieron las anteriores zonas políticamente centralizadas, mientras que la zona urbanizada y económicamente importante se desplazó hacia el Atlántico y sudoeste de España. Por ejemplo, Galicia proporcionó estaño y plomo, necesarios para hacer el verdadero bronce, mientras que el valle del Guadalquivir exportaba bronce. Debido a ello, la península ibérica se convirtió en un punto comercial de relativa importancia y un enlace entre el Atlántico y el Mediterráneo, y de hecho ya empezaron a llegar comerciantes lejanos de Grecia o Fenicia. Además, olas de celtas llegaron a los territorios del norte y centro de España, algo que cambiaría la genética y las culturas de esas regiones.
El Veredicto: El todavía misterioso origen de los humanos
Este es el primer episodio de la sección El Veredicto, y como expliqué en el primer episodio de introducción, aquí daré mis reflexiones, pensamientos o simplemente preguntas retóricas sobre un tema relacionado con el episodio. Mi reflexión es sobre lo poco que sabemos sobre nuestros propios orígenes y lo que es más fascinante para mí es cómo nosotros, y con nosotros me refiero a los humanos, estamos siempre revisando nuestros conocimientos con nuevos hallazgos que también plantean nuevas preguntas. Y eso es algo bueno, ¿verdad? Si no tuviéramos curiosidad, seguiríamos viviendo como nuestros antepasados del Paleolítico. Y no sólo eso, si no hubiera unas pocas mentes inquietas que buscaran constantemente «la verdad», todavía explicaríamos la historia usando mitos y creencias religiosas. La humanidad no progresaría si no hubiera gente con pensamiento crítico y aspiraciones científicas, por eso es tan importante promover ese tipo de valores. Y con eso, El Veredicto termina.
Avance y outro
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Fuentes
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