- El desfile de los escamots hacia Montjuic, 22 de octubre de 1933
- La prensa catalana ante el desfile de los escamots
- La prensa madrileña ante el desfile de los escamots
- El asalto de los escamots contra El Be Negre
- La disolución teórica de los escamots
- ¿Fueron fascistas los escamots y las JEREC?
- Outro
- Fuentes
El desfile de los escamots hacia Montjuic, 22 de octubre de 1933
El 22 de octubre de 1933 se produjo en Barcelona uno de los hechos más controvertidos de la historia del catalanismo y de Esquerra Republicana de Catalunya. Las Joventuts d’Esquerra Republicana-Estat Català, o para abreviar las JEREC, habían organizado unas jornadas atléticas en el estadio municipal de Montjuic con un partido de rugby, pruebas de atletismo y ciclismo, y juegos de tirar de la cuerda. Fue un evento partidista de Esquerra que logró reunir a unas 50.000 personas en el estadio según los organizadores, 25 o 30.000 según otras fuentes, y ahí dieron discursos sus principales dirigentes: Francesc Macià, Lluís Companys, Josep Dencàs, Jaume Aiguader y otros. Hasta aquí todo normal.
Lo que no fue tan normal fue que el evento deportivo fue precedido del desfile de 8.000 militantes de las JEREC entre deportistas, mujeres y los conocidos como escamots, las escuadras o grupos de acción de las JEREC, que actuaban como grupos parapoliciales o milicias de partido. La imagen del desfile hacia el estadio de Montjuic hizo saltar todas las alarmas. Los escamots ya habían protagonizado en meses anteriores altercados, agresiones contra enemigos políticos o periodistas, boicots de mítines de otros partidos, o reventaron huelgas. En el desfile hombres y mujeres marcharon como si fueran militares con algunas banderas separatistas y uniformados con camisa verde oliva, cinturón de cuero, y pantalones de terciopelo hasta las rodillas o falda larga marrón en el caso de las mujeres.
Esto lo hacían las juventudes del partido que estaba en el gobierno autonómico catalán. Eso sí, hay que señalar que los escamots en el desfile iban desarmados, y es que, si bien había juventudes d’Esquerra-Estat Català que iban siempre armadas, la mayoría de los miembros de las JEREC no tenían acceso a las pocas pistolas y ametralladoras de las que disponía el partido. El desfile y el multitudinario evento deportivo y partidista en el estado de Montjuic fue una exhibición de fuerza de Esquerra Republicana de Catalunya de cara a las elecciones generales de noviembre de 1933. Sin embargo, solo consiguieron que las críticas y acusaciones de fascismo hacia Esquerra y en especial sus juventudes y lo escamots alcanzasen su punto álgido.
Lo gracioso es que ya en los discursos del evento deportivo numerosos oradores se defendían de las acusaciones de fascismo que se vertían contra ellos. Miquel Badia defendía así que no eran más que calumnias: “¿Fascistas nosotros? No son ellos quienes deben decir lo que somos nosotros; los hechos que realizamos están bien patentes en la conciencia de todos. Nosotros no hemos hecho otra cosa, no hacemos otra cosa que querer lo que el pueblo quiere. El pueblo es Esquerra Republicana de Catalunya y nosotros, mientras sea la voluntad de la mayoría del pueblo, defenderemos esa voluntad.” Hombre, eso de identificar el partido con el pueblo de Cataluña muy de espíritu democrático no es, pero bueno, es un clásico de los nacionalistas hablar en nombre de toda la nación y si no opinas igual te excluyen.
La prensa catalana ante el desfile de los escamots
En fin, las críticas por el desfile le cayeron por todos lados a Esquerra, desde las habituales críticas de la CNT-FAI hasta los catalanistas conservadores de La Lliga y sectores críticos de Esquerra. Se le dio más bombo a esto que a la fundación de Falange Española una semana después. Si empezamos con la prensa de Cataluña, el 25 de octubre L’Opinió publicó una editorial cargando contra los escamots afirmando que: “No basta con negar que se sea «fascista». Hay que no serlo. Y es fascismo el afirmar que un hombre – Macià – es el dueño y señor de las «milicias». Es fascismo el uniformarse y el hacer de soldados, y este saludo ridículo y grotesco, estrenada el domingo por las juventudes de Esquerra, de levantar el puño en alto que los muchachos disfrazados de atletas dirigían al palco presidencial al pasarlo al frente, sin que ninguno de los prohombres de la «democracia» catalana demostrara avergonzarse.”
El periódico L’Opinió estaba formado por hombres como Joan Lluhí o el que posteriormente fue presidente de la Generalitat, Josep Tarradellas, y era un grupo que fue muy importante en la formación de Esquerra. Eran liberales federalistas y catalanistas, eran del sector más puramente democrático, pero fueron expulsados del partido un mes antes porque ya fueron críticas con los escamots y la dirección de Francesc Macià. Expresaron que veían incompatible que las juventudes parapoliciales y violentas de Estat Català formasen parte de un partido que defendía el régimen democrático como Esquerra Republicana de Catalunya.
El grupo de L’Opinió consideraba que Estat Català, partido separatista fundado por Macià, debía decidir si era separatista, fascista y antidemocrático, en cuyo caso debían salirse de Esquerra, o bien apoderarse de la organización por una vía democrática. Se produjo también un acalorado debate en el Parlamento de Cataluña el 24 de octubre donde Joan Lluhí, parte del grupo crítico de L’Opinió, habló de que un desfile de estilo militar de una organización política que además era la que estaba en el gobierno era un primer paso hacia el fascismo. Eso sí, hay que señalar que en sus editoriales L’Opinió expresó que los escamots eran más bien una broma, pero que el problema es que dieron un mal ejemplo que partidos reaccionarios del resto de España podrían imitar y el desfile alimentó la leyenda, falsa, de que en Cataluña había un ejército de jóvenes separatistas.
Los de La Lliga desde su diario La Veu de Catalunya decían que no eran fascistas de derechas, sino fascistas de izquierdas, y ridiculizaban los escamots y el militarismo de Francesc Macià. El diario del pequeño partido separatista Partit Nacionalista Català decía que los escamots no pueden tildarse de fascistas, sino como unos arribistas y aspirantes a policías al servicio del partido del poder en la Generalitat, porque los escamots eran cantera de la policía que estaba formando la Generalitat tras los traspasos de competencias de orden público. Desde La Publicitat, órgano del partido republicano y liberal Acció Catalana Republicana, se hablaba de la indignación que provocó en Barcelona el espectáculo fascistoide de los escamots, tildado de carnavalesco y provocativo por estar respaldado por el partido gubernamental de Cataluña, de una parodia en comparación con los desfiles nazis, y que lo de camuflarlo como inofensivas actividades deportivas no colaba.
La editorial de La Publicitat decía que estos escamots se movilizaban sobre todo en períodos electorales para amedrentar y dar muestras de fuerza del partido que gobernaba la Generalitat, pero afirmaban que consiguieron el efecto contrario, que no infundían miedo a nadie estos escamots y que en cambio generaron repulsión en gran parte de la sociedad catalana. El diario carlista El Correo Catalán describía los escamots como una copia ridícula de las escuadras de Mussolini, con la diferencia de que Mussolini hizo esto en la oposición mientras que los de Esquerra lo hacían llevando dos años en el gobierno para defender el poder que no soltaban ni a tiros y los enchufes que habían hecho desde el gobierno.
El Diluvio, el periódico barcelonés en español de mayor tirada y con una larga trayectoria republicana y federalista, publicó un editorial también contundente contra los escamots y Esquerra. “El verdadero fascismo es y ha sido siempre, en su origen, izquierdista. O mejor, se ha apoyado en las izquierdas para poder gozar del favor popular, que le hubiera sido negado en otro caso. Ni aquí Gil Robles conseguirá una verdadera potencialidad fascista, ni Hitler y Mussolini la habrían alcanzado en Alemania e Italia sin disfrazar sus verdaderas intenciones. Socialista era el programa de Mussolini y socialista el de Hitler. Izquierdismo puro … en el papel, claro está. […]
Requisito esencial del fascismo para posibilitar la obtención del Poder, además del malestar económico -en Alemania e Italia producido por la guerra y en España por las liberalidades borbónicas-, es el nacionalismo chovinista. Y también esta condición la llena la Esquerra y asimismo por obra y gracia de Estat Catalá, cuyas banderas con la estrella separatista abrían paso el domingo a las formaciones militarizadas. […] Cuando se tiene el Poder en las manos, y no se quiere abandonar, y se han creado intereses, ¿no actuarán en defensa de estos intereses y en contra de los del pueblo? No es aventurado afirmarlo cuando los allanamientos de moradas, con secuestro, usurpación de funciones y otros numerosos delitos cometidos por Badia y sus seguidores no tienen otra explicación.”
Solidaridad Obrera, el órgano de la CNT-FAI de Barcelona y Baleares, tildaba el acto de parodia fascista y a Josep Dencàs, consejero en el gobierno autonómico y presidente de las JEREC, lo llamaban aspirante a Hitler. Los anarquistas de Solidaridad Obrera decían que los escamots desfilaron con el empaque marcial de las falanges de Hitler y que el acto constituyó una parada fascista en embrión. Para finalizar las reacciones de la prensa catalana, hay que decir que la revista satírica DIC, Defensa d’Interessos Catalans, formada por catalanistas de derechas e integristas católicos, ya había parodiado otras veces con letras musicales inventadas a los escamots, pero con el desfile de octubre del 33 presentaron caricaturas de Macià como un fascista imitador de Hitler.
La prensa madrileña ante el desfile de los escamots
Sobre la prensa de Madrid, hay que decir que en algunos de los periódicos de más tirada no sacaron en portada el tema de los escamots. El Heraldo de Madrid, diario donde redactaban republicanos de izquierdas y derechas, solo informaba del desfile en la página 9, y sin realmente entrar en la cuestión de si era fascista. En El Debate, el órgano oficioso de la CEDA, se decía que el desfile fue un alarde de fascismo en imitación a las cohortes de Mussolini y Hitler y hablaba como si los escamots fuesen un ejército catalán. No he podido acceder al número del ABC donde hablan de esto, porque son unos usureros que lo tienen todo bajo pago, pero he visto que también hablan de desfile teatral del fascio de la izquierda catalana, e igual que El Debate enfatizaba cómo muchos policías habían pedido ser trasladados fuera de Cataluña porque no querían estar a los órdenes de la Generalitat.
El Sol, periódico que tuvo vaivenes ideológicos y cambios de propietario en la Segunda República pero que para entonces era republicano liberal, afirmaba en primera plana que en Cataluña de improvisto había surgido el primer fascismo español. Concluía afirmando que: “Tenía que ser en Barcelona donde aconteciese. Es el terreno más favorable para la imitación y el plagio de las novedades exóticas, menos españolas, sobre todo, en cuanto apuntan en ellas ciertos modos expeditivos y violentos de acción.” En esto El Sol coincidía con Mussolini, que en una entrevista afirmó que de España solo en Cataluña y País Vasco podía surgir un fascismo auténtico, por ser regiones industrializadas y bien conectadas al comercio exterior.
La Tierra, de tendencias anarquistas, decía: “Nosotros anunciamos hace más de un año que el triunfo de la Esquerra traería como consecuencia la instauración de un fascismo amenazador para la tranquilidad de España y de la República, y ya no es un secreto para nadie que el fascismo catalanista esquerrano, con mezcla de enchufes, negocios inmorales y venta de credenciales, es una realidad que ha tomado estado público en el desfile de los diez mil escamots frente al presidente de la Generalidad y a todos los enchufistas esquerranos que le rodeaban.” Al día siguiente decía un articulista de La Tierra: “¿Hacia dónde llevan a Cataluña los hombres de la Esquerra? Antaño se cansaron los Ayguadé y Companys de censurar agriamente las organizaciones militarizadas de los grupos de los Sindicatos Libres, de los requetés, con sus clásicas boinas y cornetines; de los escandalosos desfiles de las procesiones clericales.
En fin, de todo aquello que tenía un sabor eminentemente retrógrado y provocativo para las conciencias libres del país, En cambio, han alentado un nacionalismo amenazador, y aunque digan que la manifestación del domingo realizada por los escamots no tiene carácter fascista, perderán el tiempo, pues estas formaciones militarizadas darán lugar dentro de poco tiempo a que otras organizaciones políticas, con el mismo derecho, exhiban sus huestes también uniformadas. Así empezó en Alemania a levantar la cabeza el fascio hitleriano. Allí tampoco se llamaron fascistas, sino nacionalsocialistas. Únicamente en Italia se presentaron con este título las hienas y los chacales de la reacción. […] Aquí el fascismo se puede presentar y se presenta con distintas facetas, aunque sus organizadores lo desmientan.”
El asalto de los escamots contra El Be Negre
Volviendo a Cataluña, el seminario satírico de corte progresista El Be Negre en tono irónico decía que cómo iban a ser fascistas las Joventuts d’Esquerra Republicana-Estat Català si llevaban camisa verde, no camisa negra como los fascistas italianos o parda como los nazis. Y que si, como afirmaba el organizador de los escamots Miquel Badia no hay joven de la organización que mueva un pie o un brazo si no lo manda el caudillo Francesc Macià, entonces es que no son fascistas, porque menuda diferencia con los fascistas italianos y nazis que hacen exactamente lo mismo.
Sin embargo, sus memes cabrearon demasiado a los de Esquerra. Por eso el 24 de octubre quince asaltantes de los escamots de las JEREC liderados por Jaume Aiguader, hijo del alcalde de Barcelona del mismo nombre, entraron a punta de pistola en la imprenta de El Be Negre, produjeron desperfectos y secuestraron cinco mil ejemplares del número que estaba en impresión. Censurar y perseguir a la prensa disidente también es algo propio, aunque no exclusivo, del fascismo. Igualmente, sacaron como pudieron el número del 25 de octubre de 1933 parodiando el desfile paramilitar de los escamots de las JEREC y sus jornadas deportivas y acusando a los de Esquerra de dictatoriales.
La disolución teórica de los escamots
Las acciones de los escamots en campaña electoral no terminaron ahí. Agredieron a periodistas de medios hostiles y muchos mítines de la coalición de izquierdas catalanas de Acció Catalana Republicana, el Partit Nacionalista Republicà d’Esquerra formado por los escindidos de L’Opinió y otros grupos pequeños de centro izquierda catalanista fueron boicoteados por miembros de los escamots. En un mitin, Joan Casanelles de este partido decía esto sobre las JEREC: “En vez de esta juventud liberal, ha creado una juventud fascista que se organiza militarmente, asalta diarios, se pone camisas verdes, se dedica a la agresión para imponer un pensamiento, hace de esquirol contra el proletariado, secuestra obreros…”
Pero la cuestión del desfile de los escamots y del asalto a la imprenta de El Be Negre tuvo consecuencias políticas inesperadas para Esquerra. La Unió Socialista de Catalunya, escisión catalanista del PSOE, amenazó con romper con Esquerra Republicana si no se disolvían los escamots, y Macià se vio obligado a escribir una carta desvinculándose de las actuaciones de las juventudes d’Esquerra-Estat Català. El resultado de las generales del 33 en Cataluña seguía una tendencia similar a la del resto de España, y es que la Lliga de Cambó sacó dos escaños más que Esquerra, aunque el partido gubernamental de la Generalitat siguió sacando más votos.
Es por la presión mediática y política y por los resultados electorales de las generales que se convocó una asamblea extraordinaria de las JEREC el 3 de diciembre para disolver sobre el papel los grupos de choque del partido, aunque en la práctica no fue así y los escamots siguieron actuando en 1934, sobre todo siendo movilizados en los hechos del 6 de octubre de 1934 por el enfrentamiento entre la Generalitat y el gobierno central tras entrar en el gobierno ministros de la CEDA. El triunfo de las derechas y la muerte de Macià el 25 de diciembre permitió que las críticas a Esquerra y las acusaciones de fascismo desaparecieran casi por completo al erigirse como líder de Esquerra Lluís Companys, alguien que no era ambiguo en su posición no separatista y que formó rápidamente coalición con partidos republicanos de izquierdas para ganar en las municipales catalanas de enero de 1934.
¿Fueron fascistas los escamots y las JEREC?
Así que la pregunta es, ¿fueron acertadas las críticas a los escamots? ¿Eran los escamots y las juventudes d’Esquerra-Estat Català fascistas? Pues bueno, las denuncias contra las JEREC fueron un poco hiperbólicas, un poco exageradas, pero sí había motivos de preocupación y de denuncia. Las críticas de fascismo eran más por formas y por posible deriva fascista que por ideología de fondo, pero es innegable que los escamots protagonizaron amenazas, agresiones y hasta torturas contra disidentes y rompieron huelgas, algo no muy progresista que digamos. En un periódico llamado Som que actuó de portavoz de las JEREC con sus dos números de 1933, el presidente de las JEREC Josep Dencàs afirmaba que las juventudes de adherían a los principios básicos de Esquerra y que representaban la parte más maximalista en sus demandas nacionalistas y obreristas.
Las JEREC afirmaban que su nacionalismo tenía poco que ver con los nacionalismos imperialistas de estados ya libres, y que su nacionalismo quería conquistar la libertad arrebatada de los catalanes, o sea que defendían el separatismo o al menos el federalismo. Hablaban de que el liberalismo y democracia es y serán siempre sus banderas. Pero claro, sabemos como ya expliqué en el episodio sobre Josep Dencàs que el presidente de las juventudes era en secreto un fascista. ¿Cómo deja eso a las JEREC y sus escamots? En el episodio en que expliqué qué es el fascismo, tienes enlace a estos episodios relacionados en la descripción, fijé al final lo que para mí son los elementos necesarios para definir a una organización como fascista, veamos si se corresponden con las JEREC.
El nacionalismo con un discurso victimista y revitalizador lo tenía el catalanismo radical de las Joventuts d’Esquerra Republicana-Estat Català; el ver las acciones violentas como legítimas en política se puede decir que sí, dadas las agresiones contra enemigos políticos o periodistas no afines que protagonizaron, pero no mantuvieron una retórica violenta; es cierto que no eran marxistas, pero podían aliarse con fuerzas comunistas, así que no se puede decir que mantuvieran un discurso anticomunista exaltado como es propio de los fascismos; y en cuanto al antiliberalismo, las JEREC defendían explícitamente la democracia, aunque sí es cierto que se puede cuestionar su sincero compromiso democrático, dados los actos violentos contra prensa y políticos enemigos.
La exaltación de la juventud, disciplina y deporte, los actos violentos, o una organización de inspiración parapolicial o paramilitar eran características propias de los fascismos. Pero como expliqué en el episodio de qué es el fascismo, hay muchos elementos del fascismo que se pueden encontrar en otras ideologías, por ejemplo carlistas, socialistas y comunistas también tenían organizaciones como los escamots. Por eso no hay que coger estas características de forma individual, sino analizar el conjunto, y un análisis riguroso del conjunto de elementos de las JEREC y los escamots no permite afirmar que fueran fascistas, aunque tampoco descartarlo del todo, se puede decir que su posición era ambigua. Lo que sí se puede afirmar es que tenían una serie de elementos como el paramilitarismo y el nacionalismo compartidos con el fascismo, y que, si se hubieran desarrollado unas circunstancias favorables para ello, los escamots y las JEREC podrían haber mutado en una organización fascista sin paliativos.
Outro
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Fuentes
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Ara!!, 3 de marzo de 1936.
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