Josep Dencàs tuvo una agenda oculta fascista. Algunos historiadores independentistas han intentado blanquear su imagen y negar rotundamente que fuera fascista, este mismo año se ha publicado una biografía así sobre este personaje, pero numerosas evidencias de procedencias muy distintas desmienten ese blanqueamiento. ¿O es que acaso se montó una conspiración entre anarquistas, gente de Esquerra y Estat Català, falangistas y diplomáticos italianos y españoles para acusar falsamente de fascista a Dencàs? Soy David Cot, presentador de Memorias Hispánicas, y en este episodio hablaré de Josep Dencàs, las pruebas de que era fascista, y de sus intentos de obtener el respaldo de la Italia fascista para una Cataluña independiente.

La trayectoria política de Josep Dencàs

Josep Dencàs a color
Josep Dencàs a color

Primero déjame hacer un recorrido por la trayectoria política de nuestro protagonista. Josep Dencàs fue un catalanista radical proveniente de Estat Català, la organización separatista fundada por Francesc Macià antes de fundarse Esquerra Republicana de Catalunya en 1931 como fusión de republicanos catalanistas autonomistas, federalistas y separatistas. Este doctor de Vic presidió las juventudes d’Esquerra-Estat Català, las JEREC, que actuaban como un partido casi aparte dentro de Esquerra y representaba el ala separatista y más nacionalista. El poder de Dencàs no hizo más que crecer desde noviembre de 1932, cuando junto al matón de Miquel Badia organizó los escamots, las escuadras de estilo paramilitar que protagonizaron algunos altercados violentos en los dos años siguientes.

Los escamots servían de milicia de partido para defenderse o para atacar, amedrentar y mostrar fuerza frente a enemigos políticos, para algunos eran el embrión de un ejército catalán, y los escamots eran cantera de aspirantes de policías a la Generalitat para tener una policía llena de separatistas. Y además de dirigir las JEREC y sus escamots, Dencàs fue consejero de sanidad y asistencia social en la Generalitat y pasó a ocupar la consejería de gobernación desde principios de 1934, lo que le dio la máxima autoridad sobre el orden público en Cataluña ya con competencias de seguridad traspasadas.

Jaume Miravitlles, del sector republicano de Companys, explicaba de esta manera esas ansias del sector separatista de Esquerra de controlar la policía y de tener una organización parapolicial: “Ciertos elementos de Estat Català y, entre ellos, Dencàs y Badia, habían considerado el estatuto como una fase hacia el separatismo. Consideraban la carta autonómica no como una finalidad, sino como un medio, como un comienzo. De ahí la insistencia en tener el orden público, de ahí el olvido sistemático de la legislación social.” Josep Dencàs y Miquel Badia iniciaron en 1934 una campaña policial con la ayuda parapolicial de los escamots contra aquellos considerados enemigos del gobierno autonómico catalán, los anarquistas de la CNT-FAI y los nacionalistas españoles reaccionarios.

Hay que decir que amplios sectores del catalanismo asociaban a los inmigrantes de otras partes de España con el vicio, la prostitución, la delincuencia y los atracos y decían que les robaban el trabajo a los catalanes, o sea que había una base xenófoba clara en las actuaciones policiales de Dencàs y Badia en lo que llamaban campañas de higienización. Además, Josep Dencàs fue el encargado de preparar las operaciones de defensa para el 6 de octubre, cuando Companys declaró el Estado catalán dentro de la República Federal Española tras entrar en el gobierno central ministros de la coalición filofascista de la CEDA. Más que una declaración de guerra, los hechos del 6 de octubre en Cataluña fueron una intentona para provocar una reacción popular que forzase al gobierno de Madrid a negociar para refundar la República española con un espíritu federal.

Desfile de los escamots de las JEREC en la Avenida María Cristina hacia el estadio de Montjuic, Barcelona, 22 de octubre de 1933
Desfile de los escamots de las JEREC en la Avenida María Cristina hacia el estadio de Montjuic, Barcelona, 22 de octubre de 1933

En cualquier caso, es bien sabido que esto terminó en un estrepitoso fracaso por mala organización, falta de objetivos y de armas, y porque se demostró que los escamots no eran más que unos que jugaban a ser soldados. Se suspendió la autonomía de Cataluña y Companys y los consejeros de la Generalitat fueron encarcelados. Oh, pero no todos fueron encarcelados, porque Josep Dencàs consiguió escapar por las alcantarillas a Francia. Eso hizo que Companys y sus consejeros fueran vistos como mártires del catalanismo, mientras que Dencàs murió políticamente porque fue visto como un traidor y como el responsable del fracaso del 6 de octubre. Las JEREC fueron culpadas también y por eso Esquerra rompió su relación con sus juventudes y en 1936 al regresar Dencàs a Cataluña refundó Estat Català como un partido netamente separatista con el apoyo del grueso de las JEREC y de organizaciones separatistas minoritarias como Nosaltres Sols o Partit Nacionalista Català.

Las acusaciones de fascista de fiabilidad variable

Ahora que ya hemos visto su trayectoria política, veamos algunas informaciones de distinto grado de fiabilidad que ya apuntan a que Dencàs era un fascista metido en el armario de Esquerra. Josep Maria Fontana Tarrats, un catalán que fue uno de los fundadores de las JONS, en 1951 narraba que alguien de la Lliga se encontró a Dencàs paseando tranquilamente por Génova en agosto del 36, tras huir de Cataluña. Al preguntarle el de la Lliga que qué hacía en un país fascista, Dencàs replicó que qué hacía él si era liberal y demócrata, y Dencàs afirmó que él siempre había sido fascista, esto según recoge este falangista con información de segunda mano, o sea que tiene la fiabilidad que tiene.

Jaume Miravitlles, del sector republicano fiel a Companys de Esquerra y enemigo político de Dencàs, describió así al polémico consejero en 1935, tras los hechos del 6 de octubre por el que culpaban a Dencàs y las JEREC como máximos responsables del fracaso, o sea que hay que cogerlo con pinzas. Dice así: “Se ha dicho que Dencàs era fascista. Amigos íntimos suyos aseguran que era comunista. En realidad, no era ni una cosa ni otra. En una de las pocas conversaciones que tuve con él me dijo cosas que ayudan a situarlo políticamente: “¿Soy comunista? ¿Soy fascista? Yo mismo no lo sé. De lo que me doy cuenta es de que toda política, para triunfar, necesita mover fuerzas jóvenes, darles una mística, una disciplina y llevarlas al terreno de la acción.

Yo en Cataluña quiero hacer eso. Quiero huir de los moldes viejos del republicanismo, no quiero entrar en los moldes -inéditos en nuestro país pero viejos en otros países- de la dogmática marxista, para formar un movimiento político joven y ardiente, sostenido sobre dos principios fundamentales: nacionalismo, socialismo.” Era un nacionalsocialista sincero.” Cuidado que muchos han cogido este calificativo de nacionalsocialista de forma descontextualizada para la época, y es que en aquellos años la mezcla de ideas nacionalistas y socialistas podía definirse como nacionalsocialista.

Primera acusación de fascista de El Be Negre contra los escamots de las JEREC, 8 de noviembre de 1932
Primera acusación de fascista de El Be Negre contra los escamots de las JEREC, 8 de noviembre de 1932

Eso no significa que fuera nazi, porque Hitler empleó un discurso con ideas obreras al principio para conquistar el poder, pero al alcanzarlo purgó a la facción más obrerista, o sea que de socialista el nazismo tiene poco. Sin embargo, sí que la mezcla de ideas socialistas y nacionalistas alberga el peligro de derivar en fascismo. Según Amadeu Hurtado, dirigente de Esquerra y luego de Acció Catalana Republicana, al aprobarse el estatuto de autonomía de 1932 el diputado Josep Dencàs se le acercó insinuándole que aquel sería el primer paso hacia el fin del pluripartidismo catalán. No hay muchos motivos para dudar de la veracidad de esta información, porque Hurtado no fue un firme apologista de Companys como Miravitlles y ya no estaba ni siquiera en Esquerra.

Dencàs y la búsqueda del apoyo de Italia fascista para una Cataluña independiente

Pero hay una prueba clave para determinar el perfil político de Josep Dencàs, una conexión con la Italia fascista. El 17 de junio de 1934 la policía de la Generalitat detuvo a un ciudadano italiano acusado de difundir propaganda fascista. El consulado italiano se quejó, y Dencàs respondió afirmando que la detención y registro de su domicilio se realizó con informaciones seguras de que trabajaba para establecer un régimen fascista en España, un régimen que según Dencàs merecía el mayor respeto como forma de gobierno extranjero, pero que no podía ser tolerado en Cataluña. Debido a esto, se produjo una reunión a finales de junio entre Dencàs y Alessandro Majeroni, vicecónsul italiano de Barcelona y agente de inteligencia.

Majeroni escribió un informe con los detalles de lo que hablaron, y por su relevancia voy a citar buena parte del informe: “Dencàs ha hablado en primer lugar de su entusiasta admiración por la ética del fascismo cuyos principios sustanciales espera poder realizar un día en Cataluña, aunque confesando que, quizás durante mucho tiempo, no podrá pronunciar tan sólo el nombre que haría perder a la Esquerra el favor popular. «Nosotros los de la Esquerra – ha dicho- nos hemos encontrado con que hemos tenido que forjar un pueblo contrario por naturaleza no sólo a la guerra sino también a cualquier forma de disciplina; no teníamos elección. Hemos aprovechado los dos argumentos que políticamente podían tener éxito; el sentimiento nacionalista de los catalanes y ese llamado democrático.

Pero, confidencialmente, podemos decir que la democracia ha llegado a su fin. Los estados deben orientarse hoy o en la extrema derecha o en la extrema izquierda. De todas formas, únicamente un gobierno fuerte que haga respetar decididamente la voluntad propia puede hoy subsistir y resistir a la crisis moral y económica del mundo. La Esquerra ha obtenido hoy lo que quería, el poder, y no mira de ninguna manera a la extrema izquierda. Inadvertidamente, sin choques, daremos marcha atrás. Haremos leyes sociales, pero no socialistas.»” Dencàs después expresó su enfado con las críticas que recibía de la prensa, y afirmó que, llegado el momento, la prensa tendrá que cambiar, sugiriendo que quería establecer más censura y represión contra la disidencia mediática.

A continuación, apeló al pragmatismo diplomático para convencer a Majeroni que España era vasalla de Francia y que eso iba en contra de los intereses de Italia. Dencàs manifestó al vicecónsul italiano su deseo de que Cataluña e Italia estrechasen lazos para crear un estado tapón entre Francia y España que sería provechoso para sus intereses. Hablaba de un estado catalán de 18 millones de habitantes, cifra que se sacó de la chistera, porque ni sumando los 5 millones de habitantes de esa época de Cataluña, Comunidad Valenciana y Baleares con los habitantes de todo el sur de Francia se llega a tal cifra.

Y ponía estas palabras en boca de Dencàs: “Pero es necesario proceder lentamente; por mi parte, estoy encuadrando las juventudes catalanas, disciplinándolas, militarizándolas sin que se den cuenta, porque necesito hombres y no ovejas. Usted no ignorará que soy el organizador de los escamots, escuadras de acción de pura esencia fascista. Habrá visto que mi policía es ahora activa y decidida. En no mucho tiempo, Cataluña no tendrá ‘atracadores’ ni ‘pistoleros’ ni mucho menos huelgas políticas.” Siguieron hablando un rato más, básicamente Majeroni se limitaba a escuchar, y este agente de inteligencia escribió que tuvo la impresión de que el doctor Dencàs fue sincero.

No hay motivos para dudar de que Majeroni transmitió la información acorde a lo que le había explicado Dencàs, porque era una comunicación interna del servicio diplomático y de inteligencia con el ministerio de Exteriores. Según el embajador italiano en España, Raffaele Guariglia, aparte de Dencàs hubo dos diputados más de Esquerra que en otra ocasión le pidieron que se esforzase a hablar de la causa catalana porque sería bueno para los intereses de Italia. Luego Esquerra se dedicaba a hacer proclamas y manifestaciones antifascistas, pero eso sí, hay que decir que la mayor parte de Esquerra sí era sinceramente demócrata y que los contactos de Dencàs con los italianos fueron conocidos por el resto del gobierno de Companys y desautorizados.

Sin embargo, ¿por qué al final no se llegó a ningún acuerdo con los italianos? Según declaró Mussolini en el diario La Voz en noviembre de 1933, el dictador italiano creía que el fascismo solo podía extenderse en Cataluña y País Vasco por su industrialización, modernidad y comercio exterior, no en los ambientes reaccionarios de Madrid, ¿así que por qué no intentar apoyar una Cataluña independiente? Pues porque la opinión mayoritaria entre los diplomáticos italianos era que para los intereses de Italia era mejor una España fuerte y más independiente de Francia que no la independencia o mayor autonomía de Cataluña. Recordemos del episodio de quién tuvo la culpa de la guerra civil que para junio de 1934 Mussolini ya había firmado un pacto con los monárquicos alfonsinos y carlistas para apoyarlos en un futuro golpe de estado, con lo que el apoyo italiano a las derechas antidemocráticas del nacionalismo español impidió que Italia diera su apoyo a cualquier otra alternativa, como al sector separatista catalán, que era minoritario dentro de Cataluña y el público por lo general era antifascista.

Dencàs sí fue un fascista catalanista

Pero llegados a este punto toca responder la pregunta central del episodio, ¿era Josep Dencàs un fascista catalanista? Como expliqué en el episodio de qué es el fascismo, para ver si una organización o persona es fascista hay que analizar el conjunto, no coger solo elementos individuales que están presentes en el fascismo, pero que también pueden estar en otras ideologías. Dije que los elementos imprescindibles para el fascismo son el antiliberalismo, anticomunismo, nacionalismo victimista y revitalizador, y retórica y acciones violentas vistas como herramientas legítimas en política. ¿Qué ocurre si aplicamos el análisis a Josep Dencàs?

Tenemos la evidencia de comentarios en privado de Dencàs contra el pluralismo político, la democracia y una prensa libre y luego los hechos, que muchas veces son más reveladores que las palabras, y es que como líder de los escamots y consejero de gobernación fue el máximo responsable de acciones policiales y parapoliciales contra enemigos políticos. Por lo tanto, no era un demócrata, por mucho que en público se llenase la boca de hablar de liberalismo y democracia. Dencàs en su juventud escribió artículos contra la lucha de clases y marxismo, poniendo en cambio el nacionalismo catalán como elemento cohesionador de la sociedad catalana. Entre eso y sus actuaciones contra el comunismo libertario, se puede decir que Dencàs sí era anticomunista y no veía bien las alianzas con comunistas, a diferencia de la mayor parte de Esquerra.

Josep Dencàs y Miquel Badia en un acto de las JEREC
Josep Dencàs y Miquel Badia en un acto de las JEREC

El eje de su visión política era el nacionalismo catalán separatista y realizaba discursos y actuaciones policiales xenófobas contra otros españoles porque los veía como criminales y pobres que debía echar de Cataluña para recatalanizarla. Así que también tenía el nacionalismo victimista y revitalizador propio del fascismo. Retórica violenta diría que Dencàs no tenía por lo que he estudiado, ya que eso seguramente le hubiera traído problemas incluso con los de su partido, pero más importante aún es que apoyaba acciones violentas contra enemigos políticos, por algo era responsable de orden público y de los escamots. En conclusión, cumple las cuatro características que establecí que debe reunir todo fascista, así que sin lugar a dudas Josep Dencàs fue un fascista catalanista, solo que, como él comentó en privado, no podía hablar abiertamente de fascismo porque se encontraría el rechazo mayoritario del catalanismo.

Dencàs en Italia

Podría terminar el episodio aquí, pero hay un prólogo relevante para ahondar en las conexiones fascistas de Dencàs y de lo bajo de cayó este dirigente separatista. Como conté al hablar de su trayectoria política, Dencàs volvió a Cataluña tras la victoria del Frente Popular básicamente como un apestado político porque se le culpaba por el desastre del 6 de octubre del 34, y ya habiendo roto con Esquerra refundó Estat Català como partido para aglutinar el voto separatista. Sin embargo, apenas dio tiempo a organizar el nuevo partido cuando ya se produjo el golpe de estado del 18 de julio. En Cataluña los golpistas fueron aplastados y los anarquistas de la CNT-FAI pasaron a dominar las calles. En este contexto los de la FAI secuestraron a la mujer e hijos de Dencàs y el dirigente separatista decidió escapar del país dejando atrás a su familia.

Huyó con un barco a principios de agosto de 1936 rumbo a Italia, lo cual no hizo más que reforzar su imagen de fascista. Por mucho que sus hagiógrafos hayan intentado restarle cualquier intencionalidad política al hecho de ir a Italia en vez de a otro país como por ejemplo Francia, lo cierto es que eso es difícilmente creíble. El 22 de julio el cónsul italiano en Barcelona, Carlo Bossi, autorizó la evacuación por mar de la colonia italiana de la ciudad condal y el 2 de agosto informó a Roma de que Josep Dencàs y un militante de la Lliga iban en el barco de evacuación. Carlo Bossi había logrado negociar la evacuación de Dencàs cuando éste había permanecido bajo arresto en la sede de la misma consejería de Gobernación que él había dirigido dos años antes.

El italiano intervino porque Dencàs pretendía negociar con Mussolini su intervención en Cataluña para instaurar un régimen fascista, según fue comunicado en la documentación diplomática italiana. Dencàs dejó claro que hablaba en nombre de Cataluña, no de España, y que no quería aceptar que se dejase Cataluña a manos de extremistas de izquierdas, como ya había ocurrido en esos primeros días tras el golpe. Según Fermí Rubiralta, defensor de que Dencàs no era fascista, el viaje en barco no fue tranquilo para Dencàs y los monjes de Montserrat tuvieron que intervenir para evitar que los fascistas que iban en el barco tirasen por la borda al líder separatista. Esto no es que resulte difícil de creer, porque es lo que le suele pasar a las ratas traidoras que se les ve el plumero y juegan a dos bandas, en el caso de Dencàs públicamente mostrándose antifascista, pero luego en privado defendiendo otros postulados.

No solo los fascistas del barco se la tuvieron jurada, al llegar a Génova Dencàs fue detenido porque no sabían qué hacer con él, si mantener a este personaje que públicamente era antifascista bajo arresto, si soltarlo y vigilarlo, o si echarlo del país. Al conocerse su arresto, el cónsul italiano en Barcelona informó de nuevo a su gobierno de las intenciones de Dencàs, ya que quizás su propuesta sería de interés para el gobierno italiano. Claro, que supongo que Bossi aún no conocía el apoyo firme de Mussolini al bando sublevado que era profundamente nacionalista español, lo que imposibilitaba apoyar la independencia de Cataluña. El archivo italiano sobre la estada de Dencàs en Italia está vacío, así que desconocemos si logró entablar conversación con alguna figura relevante del gobierno de Italia.

En todo caso, el ministro de exteriores italiano Ciano, sobrino de Mussolini, expresó públicamente y firmando acuerdos con Alemania que iban a proteger la integridad territorial de España y específicamente italianos y alemanes hablaban de impedir que se consolidase un estado catalán. Así que más claro agua, no habría apoyo a una secesión catalana. Al llegar las noticias de la detención de Dencàs en Italia, eso no hizo más que confirmar las sospechas de que era fascista y Estat Català anunció que expulsaba a su fundador Josep Dencàs del partido el 15 de agosto por cobarde y traidor. También hay que decir que quizás Estat Català quería evitar cualquier represalia o desaparecer como formación porque podría haber sospechas de que ellos eran una quinta columna fascista, en una época en que las calles catalanas estaban controladas por la CNT-FAI.

Dencàs en París y las conspiraciones contra Companys

Oh, pero esto de Italia no es lo peor. En Italia estuvo unas semanas y luego lo soltaron y se trasladó a París. Allí en Francia estuvo vigilado por espías anarquistas, que sospechaban que era un agente de Franco, y por los sublevados. Los sublevados, con las riquezas y red de contactos del embajador en París y monárquico José Quiñones de León y del exministro de la Lliga José Bertrán, crearon el servicio de espionaje conocido como Servicio de Información del Nordeste de España. Pues bien, según investigó el periodista Josep Guixà, uno de los espías sublevados se reunió con Dencàs en marzo de 1937. Dencàs le contó que había sido expulsado de Italia tras haber intentado encontrar ahí y en Alemania el apoyo para combatir a los anarquistas en Cataluña, y tampoco consiguió apoyos de Francia.

Dencàs le aseguró a su interlocutor que contaba con hombres de confianza y que si cruzase la frontera se le sumarían poblaciones enteras para liberarse del yugo anarquista. Dencàs insistió en querer prescindir de la FAI y formar un gobierno catalanista que pidiese la paz, al mismo tiempo que aseguraba que mantendría al corriente de todo al gobierno de Franco. Vamos, que cayó tan bajo que se volvió un traidor a la República, el gobierno de la Generalitat, y la causa por la que luchaban la mayoría de catalanes. Toda esta proposición iba relacionada con un intento de derrocar a Companys y a los anarquistas, después del fallido complot destapado el pasado noviembre, y siguió habiendo conservaciones para provocar una crisis interna en Cataluña como la que sucedió finalmente en mayo de 1937. En cualquier caso, la proposición de Dencàs a los sublevados era una jugada desesperada y una fantasía de un fracasado al que ya muy poca gente en Cataluña le guardaba simpatía. Josep Dencàs, despreciado de forma casi universal, terminó sus días en Marruecos en 1966.

Outro

Aquí termina la historia de este dirigente separatista que alcanzó gran notoriedad política en 1933 y 1934. Si te ha gustado, por favor dale al botón de me gusta, comenta y compártelo, y suscríbete al programa de YouTube y dos pódcasts La Historia de España-Memorias Hispánicas para más contenido, porque aún no he terminado de hablar de los acercamientos del separatismo catalán con el fascismo. Agradecería también que me apoyes en Patreon, donde puedes obtener accesos anticipados, merchandising exclusivo, o poder al votar los temas de Memorias Hispánicas, tienes enlaces en la descripción del episodio. ¡Muchas gracias por escucharme y hasta la próxima!

Fuentes

Defensa dels Interessos Catalans, 2 de julio de 1932.

Defensa dels Interessos Catalans, 28 de octubre 1933.

Eco, Umberto. «Ur-fascism.» The New York review of books 22 (1995): 12-15.

El Be Negre, 11 de abril de 1933.

El Be Negre, 2 de mayo de 1933.

El Be Negre, 25 de julio de 1933.

El Be Negre, 25 de octubre de 1933.

El Be Negre, 29 de noviembre de 1933.

El Be Negre, 31 de enero de 1933.

El Be Negre, 8 de noviembre de 1932.

El Be Negre, 8 de noviembre de 1933.

González Calleja, Gonzalo. «Entre el Seny y la Rauxa: Los límites democráticos de la Esquerra.» Palabras como puños: la intransigencia política en la Segunda República Española, editado por Fernando del Rey Reguillo, Tecnos, 2011, pág. 288-337.

Griffin, Roger, y Matthew Feldman, editores. Fascism: Critical concepts in political science. Routledge, 2003.

Griffin, Roger. Fascismo. Alianza Editorial, 2019.

Paxton, Robert O. Anatomía del fascismo. Capitán Swing Libros, 2019.

Payne, Stanley G. Fascism: Comparison and definition. University of Wisconsin Press, 1980.

Principis bàsics aprovats per l’Assamblea de constitució del Partit d’Esquerra Republicana de Catalunya, junio de 1931.

Roig i Sanz, Daniel. Del nacionalisme integral al totalitarisme: El catalanisme radical davant l’ascens dels feixismes a l’Europa dels anys trenta (1931-1935). 2020. Universitat de Barcelona, tesis doctoral.

Rubiralta i Casas, Fermí, et al. Josep Dencàs i Puigdollers, el conseller maleït (1900-1966). Editorial Base, 2024.

Rubiralta i Casas, Fermí. Miquel Badia: vida i mort d’un líder separatista. Fundació Josep Irla, 2011.

Ucelay-Da Cal, Enric, Arnau Gonzàlez i Vilalta, y Xosé M. Núñez Seixas, editores. El catalanisme davant del feixisme (1918-2018). Editorial Gregal, 2018.

Ucelay-Da Cal, Enric. «Los «malos de la película»: las Joventuts d’Esquerra Republicana-Estat Català y la problemática de un «fascismo catalán».» Ayer (2005): 147-172.

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