¿Por qué los gallegos tienen más ascendencia del norte de África y Oriente Medio que el resto de españoles? ¿Cuándo se produjo esa mezcla genética? En este episodio exploramos un nuevo estudio de la Universidad de Santiago de Compostela sobre este tema.
¿Cuánta ascendencia norteafricana tienen los gallegos?
El tema de hoy ya lo traté en un vídeo de hace cuatro años que sigue obteniendo muchas visitas, se ve que a la gente le preocupa mucho su ascendencia, pero lo vuelvo a tratar porque la Universidad de Santiago de Compostela publicó un nuevo estudio en 2025. La novedad del estudio reside en que se trata de la primera secuenciación del genoma completo de población de Galicia, el nivel máximo de resolución genética.
Los investigadores analizaron el genoma completo de 91 gallegos con padres y abuelos de Galicia y los compararon con los datos de 1078 personas de otras regiones de España, de Europa y del norte de África y Oriente Medio. El resultado del análisis es que los gallegos tienen un componente genético del norte de África y Oriente Medio de entre el 13.5 y el 16.1%, con la media en 14.8%. Esa es la cifra más elevada de entre las regiones españolas.
La media en España está en el 8.25%, entre un 7.8 y un 12.6%, con el País Vasco en el rango bajo con entre el 5 y 8%. Quizás los que podrían superar a los gallegos son los canarios, a los que otro estudio les atribuye un 17.8% de ascendencia indígena. Pero hay que tener en cuenta que los aborígenes canarios no eran 100% norteafricanos, sino que ya tenían genética europea antes de la colonización. Por tanto, no hay que pensar que ese 17.8% equivale al 17.8% de ascendencia magrebí.
La similitud de los gallegos con los europeos en general se sitúa en el 83.2%, frente a la media española del 86.9%, con además un significativo 2% de ascendencia subsahariana, frente a la media española que se sitúa por debajo del 1. En un estudio de 2019 de Oxford y de la propia Universidad de Santiago de Compostela se afirmaba que los gallegos tenían de media un 11% de ascendencia norteafricana, pero tanto en ese como en estudios anteriores Galicia siempre sale como la región española con más genética africana.
Los investigadores de la USC han podido observar que Galicia es bastante homogénea genéticamente, es decir, que un gallego de Lugo es muy similar a uno de Pontevedra, porque el mar y la ausencia de grandes accidentes geográficos dentro de Galicia favorecieron la movilidad interna. En relación con el tema del episodio, eso ya apunta a que la mezcla genética se produjo hace mucho tiempo, antes de que las formas de poblamiento actuales de la región quedasen fijadas.
Hay otras observaciones interesantes, como que el componente magrebí y árabe es ligeramente más prevalente en el sur y sureste, lo que sugiere que la puerta de entrada de las migraciones fue desde el sur, fuera por vía terrestre o marítima. Además, esta mezcla fue principalmente transmitida por hombres, ya que alrededor del 21% de los linajes paternos pertenecen al haplogrupo E1b1b1, característico del norte de África y Oriente Medio, frente al 1% transmitido por vía materna, detectado en el análisis de ADN mitocondrial.
La gran pregunta: ¿cuándo se produjo la mezcla?
Lo dicho hasta ahora no resulta problemático, va bastante en línea con otros estudios. Pero donde se abre el verdadero debate y las dudas es en la datación de la mezcla genética, en dar una explicación a por qué los gallegos van a la cabeza de los españoles con más ancestros africanos. Para hacer la datación, usaron dos programas para formular un análisis independiente, ALDER y fastGLOBETROTTER.
Usando fastGLOBETROTTER, infirieron que la contribución norteafricana es del doble que la árabe y que la mezcla genética se produjo hace unas 54 generaciones, entre los años 510 y 690. ALDER estimó el mestizaje norteafricano en unas 50 generaciones, lo que daría de fecha media el año 720, y para el mestizaje oriental árabe 54 generaciones, alrededor del 615. Poniendo los dos resultados en común, los investigadores de la USC datan la mezcla entre los años 620 y 670, es decir, unas décadas antes de la conquista islámica.
El estudio señala que este rango de fechas puede revelar un pico estadístico, en vez de ser un episodio migratorio y genético concreto. De hecho, defienden la hipótesis de que se produjo un goteo continuo de población norteafricana y del Levante mediterráneo durante los periodos romano, suevo y visigodo. Esto contradeciría el tópico de una Galicia remota y periférica, poco conectada con el Mediterráneo.
Dificultades metodológicas que obligan a la cautela
Sin embargo, antes de analizar la plausibilidad de esa hipótesis, hay algunas cosas que tener en cuenta sobre la metodología del estudio para tomar cualquier interpretación con cautela y un escepticismo sano abierto a otras explicaciones posibles. El primero es que el tamaño de la muestra siempre es mejorable, y en especial de las muestras de población norteafricana y árabe.
Luego hay que tener en cuenta que usan poblaciones de referencia imperfectas. Como representantes del norte de África han cogido a los bereberes mozabitas, del centro de Argelia, y de Oriente Medio a los árabes beduinos, por ser estos los grupos más genéticamente diferentes a un europeo. Eso está bien, pero no son exactamente las mismas poblaciones que interactuaron con Galicia en la Antigüedad.
Claro, el mejor método que no admitiría dudas para estudiar la evolución genética de Galicia sería hacer este mismo estudio, pero con ADN de población de la Edad Antigua y de la Alta Edad Media, para hacer un antes y después. Por ejemplo, en seis individuos de Sant Julià de Ramis, Gerona, de entre los siglos VIII y XII se ha observado el impacto de la conquista musulmana, porque en personas de la misma región antes de la conquista no se había detectado genética norteafricana.
Esos individuos tenían una proporción de genética magrebí de entre un 15 y un 20%, unos valores algo superiores a la media actual, algo lógico porque están más próximos al evento de mestizaje. Los estudios genéticos de este tipo son muy escasos todavía, no solo en España sino en toda Europa, y con muestras muy pequeñas cuando se hacen, así que es algo en lo que todavía queda mucho por hacer.
Los algoritmos que reconstruyen los eventos de mestizaje en base a ADN moderno tienden a simplificar e introducir una fecha promedio si se produjeron varias mezclas durante un periodo de siglos. Por eso la media del mestizaje genético en Andalucía y el centro de España les sale en el año 1160. No significa que no se produjeran mezclas desde la conquista musulmana hasta esa fecha, sino que es un reflejo de que esas regiones fueron parte de al-Ándalus durante más siglos y por tanto mantuvieron más contactos con el resto del mundo islámico.
Que en las regiones del norte, incluyendo Galicia, la datación salga en el año 770, simplemente refleja que esos contactos se cortaron antes. Y finalmente, otro problema metodológico del estudio es la suposición de que una generación humana nace cada 26.1 años. Esto se basa en un estudio de 40.000 años de historia genética europea, en principio bastante sólido, pero un pequeño cambio en esa suposición puede dar lugar a dataciones suficientemente diferentes como para cambiar la interpretación que le demos.
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¿Qué interpretación es más razonable hoy?
En fin, teniendo en cuenta todas las limitaciones de método que he comentado, podemos volver a la hipótesis de una mezcla de larga duración antes de la conquista musulmana y examinar si esa es la explicación más razonable. Entre las argumentaciones, los investigadores de la USC señalan la unidad militar romana conocida como Cohors I Celtiberorum, que en el siglo II se desplazó del norte de Marruecos a Galicia con unos 500 hombres, más un número indeterminado de civiles que los acompañarían.
Sin embargo, lo que no dicen es que esta unidad antes había estado en Britannia y que se formó enteramente por celtíberos, es decir, hispanos. No hay motivos para pensar que durante los pocos años que estuvo en Mauritania Tingitana habría cambiado radicalmente la composición del ejército para sustituir a los hispanos por magrebíes.
Que Galicia estuviera conectada a las redes comerciales del resto del Imperio romano, incluyendo el norte de África y Oriente Próximo, no significa que el tráfico de mercancías implicase el asentamiento de poblaciones de esas regiones en números muy significativos. De acuerdo con múltiples estudios genéticos, durante la Antigüedad aumentó sustancialmente el influjo de población de Italia y el Levante mediterráneo en la península ibérica, así como del norte de África.
Eso es consistente con las colonizaciones fenicias y griegas y el hecho de que el Imperio romano era una civilización ante todo mediterránea. Eso favoreció migraciones dentro de este espacio. Y sí, ya sé que Galicia no está en el Mediterráneo, pero estaba bien conectada a él. Pero todo eso no explicaría por qué Galicia habría supuestamente recibido más migrantes norteafricanos y orientales que otras regiones ibéricas durante el periodo romano.
En la Antigüedad tardía posromana, entre los siglos V y VII, y coincidiendo con la datación propuesta por los investigadores, tenemos algunas evidencias que apuntan no solo a la continuidad de migraciones norteafricanas y levantinas, sino a la intensificación de las mismas en forma de tráfico de esclavos. Desde antiguo Galicia fue un territorio donde había iglesias y monasterios poderosos y personajes laicos con grandes patrimonios.
Esos grandes propietarios laicos y eclesiásticos empleaban a muchos esclavos en sus fincas. En el 655 Recimiro, obispo de Dumio, estableció en su testamento la manumisión de más de 500 esclavos. Por cierto, que luego en el X Concilio de Toledo impugnaron el testamento para evitar que los clérigos se quedaran sin patrimonio y tuvieran que trabajar las tierras con sus propias manos en vez de con esclavos, pero bueno, eso es un tema que es irrelevante para este episodio.
Lo que eso indica, sin embargo, es que en Galicia había muchos esclavos, no solo nativos hispanos, sino también venidos de África, Oriente Medio, el centro de Europa o las islas Británicas. Sabemos que en época visigoda había agentes esclavistas que dominaban el mercado y eran generalmente originarios del Mediterráneo oriental, incluyendo sirios, griegos y judíos. La llegada de hombres esclavizados desde el Magreb y el posible asentamiento de esos hombres de Oriente podrían explicar en parte la composición genética de los gallegos modernos.
El análisis del ADN del obispo Teodomiro de Iria Flavia, nacido a finales del siglo VIII, revela un 15% de ascendencia norteafricana. Eso significa que sus padres o abuelos probablemente no eran de ese origen, sino que ese rastro genético era anterior a la conquista musulmana. Si tenemos en cuenta los estudios genéticos de otras regiones y como ya dicta la lógica, las apariciones más esporádicas de genética magrebí y levantina en la población hispana se hicieron notablemente más frecuentes en el periodo medieval como resultado de la formación de al-Ándalus.
Galicia fue conquistada por los árabes y bereberes durante la expedición conjunta de Musa y Tariq en el 714 por el noroeste peninsular. Los investigadores consideran que el dominio fue débil, breve o que hay pocas evidencias históricas de él, y eso ya les induce a descartar o minimizar la hipótesis de que la conquista tuviera algo que ver, cuando los problemas metodológicos que comenté obligan a la cautela.
Según la navaja de Ockham, en igualdad de condiciones, la explicación más simple suele ser la más probable. Sin negar las evidencias e indicios de mestizajes en la Edad Antigua, al mismo tiempo no se puede negar la conquista islámica, y esa precisamente explicaría más fácilmente la fuerte predominancia masculina en la transmisión genética norteafricana y árabe, como suele ocurrir en las conquistas. Pudo haber un notable tráfico de hombres esclavos en la Antigüedad tardía, y al mismo tiempo una migración sustancial e infravalorada como resultado de la conquista.
Es más, en el siglo IX ya vimos que el rey Alfonso II invitó a un grupo de guerreros bereberes rebelados contra el emir de Córdoba para asentarse y defender la Galicia central, entonces la frontera occidental del Reino de Asturias. El cronista Ibn Hayyan explicó la anécdota de que los magnates cristianos se pelearon por casarse con Yamila, una hermosa guerrera bereber que se convirtió al cristianismo y fue madre de un hombre que llegó a ser obispo de Santiago de Compostela.
Volviendo al punto principal, si un valenciano o un andaluz tiene menos genes africanos y orientales es porque la conquista cristiana fue muy posterior, en un periodo con unas identidades religiosas ya marcadamente diferenciadas, y la conquista de al-Ándalus y la posterior expulsión de los moriscos desembocaron en un brutal proceso de limpieza étnica.
En cambio, la aportación africana en Galicia es de un periodo mucho más lejano donde no había tanta preocupación por el ser cristiano o musulmán ni una obsesión por la pureza racial, y así ese mestizaje se perdió en la historia. Estas son, en mi opinión, las explicaciones más razonables, pero lo que sí que son hechos indiscutibles en base a múltiples estudios es que el mestizaje genético se produjo antes del año 900 y que los gallegos son los españoles más moros genéticamente hablando. Así que yo me iría replanteando eso de creerse los más celtas y si quieren hacer cosplay mejor hacerlo con turbante.
Outro
Esperemos que se vayan haciendo más estudios genéticos para entender mejor la historia demográfica de España. Seguro que nos llevaremos más de una sorpresa y para algunos un disgusto. Como dije antes, acuérdate de seguirme y puedes evitar que el algoritmo te oculte algún episodio de tu interés uniéndote al canal de WhatsApp o al servidor de Discord, que cada día tiene actividad. Tienes enlaces en la descripción. Gracias por llegar hasta aquí, y hasta la próxima.
Fuentes
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Oteo-García, Gonzalo, et al. “Medieval genomes from eastern Iberia illuminate the role of Morisco mass deportations in dismantling a long-standing genetic bridge with North Africa.” Genome Biology 26.1 (2025): 1-22.
Pardo-Seco, Jacobo, et al. “Whole-genome sequencing in Galicia reveals male-biased pre-Islamic North African ancestry, subtle population structure, and micro-geographic patterns of disease risk.” bioRxiv (2025): https://doi.org/10.1101/2025.06.27.662083
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