- Las organizaciones del separatismo catalán durante la Segunda República
- El Partit Nacionalista Català
- Nosaltres Sols!
- El memorándum separatista catalán entregado a la Alemania nazi
- ¿Por qué los nazis no apoyaron a los separatistas catalanes?
- El separatismo catalán y la Alemania nazi durante y después de la guerra civil
- Outro
- Fuentes
Las organizaciones del separatismo catalán durante la Segunda República
¿Sabías que hubo intentos de separatistas catalanes de conseguir el apoyo de la Alemania de Adolfito para conseguir la independencia de Cataluña? Para entender eso, hay que hablar del nacionalismo catalán radical de la Segunda República. Esquerra Republicana de Catalunya, el partido gubernamental y hegemónico de Cataluña en aquella época, tenía un sector separatista minoritario dirigido por Josep Dencàs y Miquel Badia. Como vimos en otro episodio del que os dejo enlace en la descripción, Josep Dencàs era en secreto fascista y buscó el apoyo de la Italia de Mussolini para una Cataluña independiente, pero no constan contactos similares de alguien de Esquerra con la Alemania nazi.
Pero aparte de Esquerra que agrupaba a no separatista y separatistas, había partidos y organizaciones netamente separatistas, como Nosaltres Sols, el Partit Nacionalista Català, o las formaciones marxistas Bloc Obrer i Camperol y Estat Català – Partit Proletari. Dejando Nosaltres Sols aparte porque no era un partido, para que te hagas una idea de la irrisoria importancia política que tenía el separatismo en aquella época, en las municipales de Barcelona de 1934 el Partit Nacionalista Català y el Bloc Obrer i Camperol sacaron cada uno 2.000 votos, frente a los 162.000 de la coalición de izquierdas y 133.000 de la Lliga. Y es que los votantes catalanes de aquel tiempo votaban principalmente en función del eje izquierda-derecha, no por unionistas o separatistas.
El Partit Nacionalista Català
Dejado claro esto, sigue siendo pertinente hablar de Nosaltres Sols y el Partit Nacionalista Català, PNC para abreviar, porque de ahí salieron personajes del catalanismo radical que viraron hacia el fascismo, y no es de extrañar con las ideas que difundían. El PNC, con su visión orgánica de nación, desarrolló un discurso que sustituía la clase y el materialismo por una revolución nacional, una vía ultranacionalista, pancatalanista, y que se definía como ni de izquierdas ni de derechas, ni capitalista ni comunista. El PNC donde obtuvo mejores resultados fue en los barrios barceloneses más de centroderecha y derecha, ya que muchos de sus votantes fueron pequeños comerciantes, católicos y excursionistas, y es que pese a que tenían un programa electoral nacionalizador y municipalizador con énfasis en la clase obrera, el PNC fue incapaz de atraer el voto proletario porque desprendían un tufillo elitista.
Dirigentes del PNC mantuvieron un discurso antiinmigración que culpaba a los españoles no catalanes de dejar a los catalanes sin trabajo y de traer delincuencia, hablaban de invasión de masas no catalanas, y se quejaban de que los obreros catalanes en movimientos como el anarquismo eran guiados por gente que no era de su sangre, es decir, españoles. En septiembre de 1932 un propagandista de las juventudes hitlerianas visitó Barcelona y fue entrevistado por La Nació Catalana, el órgano del Partit Nacionalista Català, que tildó sus declaraciones de interesantes, entre ellas que los nazis sabían que los catalanes eran racialmente diferentes a los españoles por su carácter trabajador y que los judíos eran enemigos del nacionalismo catalán. En el periódico del PNC un tal Josep Genovès escribió artículos comparando el pancatalanismo con el pangermanismo, viendo la Alemania de Hitler como aliada natural frente a España y Francia.
El abogado Camil Bofill firmó un artículo en marzo de 1934 titulado Raza y familia en contra del marxismo por debilitar el espíritu de la raza y en contra del capitalismo por la adoración al dinero. También decía que era necesario aumentar la población de Cataluña, pero solo con catalanes, y estos hijos debían fortalecerse mediante el deporte y mediante la no reproducción de aquellos con enfermedades hereditarias, muy en la línea del pensamiento racialista y eugenésico que gozaba de cierta popularidad en aquella época. Hacía un llamamiento a anteponer la familia al individuo, e hizo propuestas para reducir las diferencias de clase y formar un parlamento corporativo formado por actores económicos, así que por su conjunto de ideas Bofill puede tildarse de fascista. Por cierto, el jurista Francesc Maspons, antiguo candidato del Partit Nacionalista Català, habló en nombre de sectores de Esquerra y Estat Català implicados en la conspiración contra los anarquistas y Companys de noviembre del 36 para intentar pactar con Franco mediante intermediación italiana una paz separada para Cataluña y el respeto a su autonomía, pero Franco se opuso rotundamente a ello.
Nosaltres Sols!
En cuanto a Nosaltres Sols, esta fue una organización creada en 1931 por el independentista Daniel Cardona, quien participó en el complot insurreccional secesionista de Francesc Macià de 1926. Sin embargo, se enemistó con él por considerarlo un oportunista político que se conformo con la autonomía, y es que Daniel Cardona defendía la estrategia irlandesa para conseguir la independencia de Cataluña. La estrategia irlandesa se caracteriza por combinar lucha armada guerrillera y terrorista, resistencia civil, y movimientos políticos y diplomáticos para construir un estado y obtener reconocimiento internacional. La lucha armada era entendida como simbólica y como un sacrificio, más que como una capacidad real de derrotar militarmente a una gran potencia.
En la publicación de Nosaltres Sols del 27 de agosto de 1932 Daniel Cardona defendía que se necesitaba un partido revolucionario, similar al partido comunista o al partido nazi, porque para asaltar el poder se necesitaban fuerzas de choque que actuasen más allá de los límites legales. Nosaltres Sols caía en contradicciones con un pacifismo selectivo y el enaltecimiento de la violencia para conseguir la independencia de Cataluña. Por eso no es de extrañar que surgieran dos facciones dentro de la organización, una que se proclamaba democrática y antifascista y otra fascista que apoyaba las aspiraciones nacionalistas expansionistas de Alemania o Hungría. Daniel Cardona distinguía el nacionalismo, que va del individuo al Estado y es lo que él defendía, frente al nacional-fascismo, que era el Estado hacia el individuo, pero había variedad de opiniones entre los 1.200 militantes de Nosaltres Sols.
El memorándum separatista catalán entregado a la Alemania nazi
Tras los hechos del 6 de octubre de 1934, el separatismo catalán pasó a la clandestinidad o al exilio, y ante la ausencia de Daniel Cardona, Manuel Blasi, del ala fascista de Nosaltres Sols, fue el que más se dedicó a mantener viva la propaganda separatista de su organización. En este contexto, en junio de 1935 Manuel Blasi entregó al Ministerio de Propaganda de la Alemania nazi un memorándum, aprovechando que estaba de paso por Hamburgo por negocios. Para entonces muchos en Europa creían que el triunfo mundial del fascismo era inevitable, y que por tanto mejor ya ir haciendo amigos.
No hay que olvidar que muchos nacionalismos sin estado vieron en las que serían potencias del Eje aliados para conseguir la liberación nacional o librarse del imperialismo, como fue el caso del nacionalismo bretón, croata, egipcio, o ucraniano, todos estos colaboraron estrechamente con los nazis. En el memorándum Blasi habló de las ventajas de una colaboración alemana con el independentismo catalán, pero el memorándum quedó sin respuesta. Sin embargo, en mayo de 1936 entregaron otro memorándum al consulado alemán de Barcelona, al irse agravando la situación política en España, y el cónsul remitió el memorándum al Ministerio de Exteriores alemán por considerarlo digno de ser tenido en cuenta por sus promeses de apoyo logístico en caso de guerra.
Por desgracia, no tengo acceso al memorándum porque no se ha digitalizado ni lo transcribió quien lo estudió, Xosé Manoel Núñez Seixas, así que nos tendremos que conformar con la información de su resumen. El segundo memorándum fue redactado en castellano presumiblemente por Manuel Blasi y Baldomer Palazón, máximos exponentes del ala fascista de Nosaltres Sols. Ahí los fascistas catalanistas expusieron la visión catalanista del problema histórico de Cataluña desde la Guerra de Sucesión española hasta entonces. Criticaban a todos los del catalanismo hegemónico: a Macià por traidor, a Companys por hacerse aliado de la izquierda española, atacar las ideas fascistas y neutralizar el sector separatista y totalitario de Esquerra representado por Josep Dencàs, a Esquerra por ser un conglomerado de dudoso patriotismo, y a la Lliga por españolista y capitalista.
Blasi y Palazón presentaban Nosaltres Sols como una organización revolucionaria separatista catalana en auge entre los jóvenes de entre 14 y 25 años. Ponía a parir los partidos españoles por falta de espíritu revolucionario acorde a la definición de Hitler de revolucionario, por ignorar los problemas de las minorías nacionales, y por ser francófilas. Exponían que una Cataluña independiente podía romper el control francés y español sobre el Mediterráneo occidental, por eso la amistad catalana con Alemania estaba justificada por su rivalidad con Francia. Hablaban de sus acciones de proselitismo separatista en el interior de Cataluña y el exterior, y de los contactos con otros nacionalismos, como el vasco, gallego, rifeño, o bretón.
Sin embargo, tanto texto era solo para mendigar dinero a Alemania para mantener un periódico para la propaganda separatista y a favor de los nazis. Con este periódico el sector fascista de Nosaltres Sols proponía contrarrestar la propaganda comunista y agitar el sentimiento nacionalista catalán en Francia que, sumándose al problema de los vascofranceses y de los bretones, podía terminar causándole problemas al enemigo de Alemania. Además, aseguraban que harían una campaña enérgica contra la movilización de los catalanes en caso de una hipotética guerra europea que involucrase a España contra Alemania, y harían propaganda a favor de una Europa basado en estados de naciones auténticas según ellos.
Blasi y Palazón ofrecían en caso de guerra la colaboración de los catalanistas radicales en actividades de espionaje contra objetivos militares españoles, también se ofrecían a proporcionar hombres a los alemanes, e incluso aunque España se mantuviese neutral en el conflicto, se ofrecían a establecer en Cataluña puntos de aprovisionamiento de los submarinos y fuerzas aéreas alemanas. Pedían detalles sobre las posibilidades de cooperación comercial entre Alemania y una Cataluña independiente y aseguraban que el dinero que proporcionase el III Reich estaría bien gestionado. El memorándum concluía afirmando que una Cataluña libre representaría para Alemania un paso para el hundimiento de Francia y la existencia de un país amigo en el Mediterráneo occidental.
¿Por qué los nazis no apoyaron a los separatistas catalanes?
El memorándum no era una simple busca de apoyos extranjeros en alianza táctica, sino una muestra de verdadera fascinación por los modelos políticos del fascismo para un sector del separatismo catalán. No obstante, tanto para Italia como para Alemania la única baza que tenían con opciones reales de triunfar era apoyar a los elementos reaccionarios españoles y desarrollar un fascismo español. Solo de forma subsidiaria podían mantener abierta la posibilidad de apoyar a los minoritarios separatistas catalanes si la política se hubiera desarrollado de forma distinta, y aun así estaban lejos de ser unos aliados fiables dado el sentimiento predominantemente antifascista de la Cataluña de los años 30.
Además, los alemanes creían que una Cataluña grande, entendida como los Països Catalans que incluyan la Comunidad Valencia y Baleares y hasta Occitania, podría facilitar aún más la influencia francesa sobre estas regiones. La península ibérica ocupaba un lugar muy marginal en los intereses alemanes antes de julio de 1936, y de Cataluña la diplomacia alemana básicamente había mantenido contactos con la Lliga por sus lazos económicos y por ser conservadores. Y ya estallada la guerra en España en la que intervinieron tanto como quisieron italianos y alemanes, los gobiernos de Hitler y Mussolini acordaron por escrito que impedirían la constitución de un estado catalán independiente, y es que no era compatible apoyar a los nacionalistas españoles que entre su propaganda justificadora hablaban de combatir el separatismo con apoyar a separatistas catalanes que tenían un papel político marginal e incluso dentro de estos es difícil que una mayoría hubiese apoyado la vía fascista.
El separatismo catalán y la Alemania nazi durante y después de la guerra civil
Iniciada la guerra civil, siguieron los intentos de algunos separatistas catalanes de obtener al apoyo de Italia o Alemania. En el XII Congreso de Nacionalidades Europeas celebrado en septiembre de 1936 los representantes catalanistas encabezados por Josep Maria Batista i Roca mostraron su oposición tanto a la España roja, incluyendo la Generalitat de Companys y la Cataluña revolucionaria de la CNT-FAI, como a la España sublevada. Batista i Roca, fundador de la organización cultural y juvenil catalanista Palestra, habló con Werner Hasselblatt, asesor de la oficina responsable de las políticas de colonización alemana del este de Europa, para que actuase de interlocutor ante el III Reich. Le explicó que en Estat Català y Palestra existían potenciales tendencias fascistas sobre las que podría desarrollarse un fascismo catalán con el apoyo de la Alemania nazi.
Rebajó sus demandas independentistas y en cambio planteó una federación ibérica. El asesor alemán le habló del asunto a Wilhelm Faupel, que actuaba de máximo representante de Alemania ante los sublevados, pero éste dejó claro que no tenía sentido hablar de la cuestión catalana. Hasselblatt replicó que la intransigencia de un general ruso blanco ante las reivindicaciones de minorías nacionales fue una de las causas de la victoria bolchevique. Por eso le recordó a Faupel la larga trayectoria de la participación de catalanes antimarxistas en el Congreso de Nacionalidades Europeas y sugirió que el general Franco se comprometiese a respetar la especificidad étnica catalana y sus derechos para ganarse el apoyo de amplios sectores del catalanismo antimarxista. Sin embargo, todo esto quedó en nada, igual que el memorándum.
Como consecuencia de estos fracasos, ya terminada la guerra civil, el catalanismo separatista no vio otro camino que colaborar con las potencias democráticas aliadas. El mismo Batista i Roca que planteó el desarrollo de un fascismo catalanista sirvió a Companys en el intento fracasado de conseguir la intermediación británica para que Cataluña consiguiese una paz por separado con Franco. Un fascismo catalanista no pudo desarrollarse porque no solo chocaba con el fuerte movimiento obrero y antifascista de Cataluña, sino también con el fascismo español y movimientos reaccionarios nacionalistas españoles. La opción fascista española era más viable y atractiva para los sectores sociales interesados en apoyar un movimiento reaccionario o fascista, como fue el caso de la Lliga, que optó por ponerse del lado de los sublevados, por mucho que les disgustase su anticatalanismo.
Outro
Espero que hayas aprendido algo nuevo con este episodio, y recuerda que he hecho más episodios sobre qué es el fascismo, Josep Dencàs, los escamots de Esquerra-Estat Català, o una visión de conjunto del fascismo catalanista y los problemas de su desarrollo, dejo enlaces a todo esto en la descripción. Si te gustó, por favor dale a me gusta y suscríbete a La Historia de España – Memorias Hispánicas en YouTube o sus dos pódcasts, y puedes apoyar mi divulgación con una donación en la página web del programa, membresías en YouTube y Spotify, o en Patreon, donde puedes obtener beneficios exclusivos. ¡Muchas gracias por escucharme y hasta la próxima!
Fuentes
Ferms!, agosto de 1935.
Nosaltres Sols!, 1 de julio de 1933.
Nosaltres Sols!, 21 de mayo de 1932.
Nosaltres Sols!, 9 de junio de 1934.
Roig i Sanz, Daniel. Del nacionalisme integral al totalitarisme: El catalanisme radical davant l’ascens dels feixismes a l’Europa dels anys trenta (1931-1935). 2020. Universitat de Barcelona, tesis doctoral.
Ucelay-Da Cal, Enric, Arnau Gonzàlez i Vilalta, y Xosé M. Núñez Seixas, editores. El catalanisme davant del feixisme (1918-2018). Editorial Gregal, 2018.
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